Estando en la provincia de Chimborazo Territorio de Nación Puruhua, cuna Fernando Daquelema, he sentido la necesidad de dirigirme a los Ecuatorianos y a las Ecuatorianas como una forma de entablar un diálogo fraterno, no sólo para explicar nuestras razones de lucha en esta «Marcha Plurinacional por el Agua, por la Vida y la Dignidad de los Pueblos del Ecuador»,
sino también para incentivar la conversación social entre todos los habitantes del país, especialmente entre todos quienes luchan por otro mundo posible, otro mundo mejor, otro mundo más humano y respetuoso de la Vida de la Pacha Mama, más allá de las fronteras, porque destruirla con el extractivismo capitalista es destruirnos a nosotros mismos, y condenar a nuestros hijos a que viven en un planeta destrozado por la codicia de poder y riqueza de políticos insensibles a la vida planetaria.
En diciembre del pasado año, en un acto público y publicado, nada clandestino, como deben ser los actos políticos, la CONAIE debatió y anunció la realización de una movilización nacional, cuyos objetivos, apegados a los mandatos de la Constitución de Montecristi, son: 1) la redistribución del agua mediante la urgente aprobación de una nueva ley de aguas; 2) una revolución agraria para cuyo inicio es urgente la aprobación de la Ley de tierras y la realización de la reforma agraria, tomando como base la soberanía alimentaria; 3) el cambio del modelo minero-extractivista que hoy se impone por un nuevo modelo, el del Buen Vivir-Sumak Kawsay; 4) la no aceptación de nuevos impuestos que afecten a los pequeños propietarios y productores; y, 5) el cese inmediato de la criminalización de la protesta social y la anulación de los juicios por sabotaje y terrorismo a los 194 líderes y lideresas comunitarias.
Con este fin llamamos a la unidad con todos los sectores sociales organizados, y no con afanes golpistas o desestabilizadores como nos acusa maliciosamente el presidente Correa.
La respuesta obtenida superó nuestras expectativas. De esta decisión colectiva surgió la «Marcha Plurinacional», recogiendo prioritariamente la iniciativa de las comunidades afectadas por la mega minería, alarmadas por la anunciada firma de las concesiones y por el inicio del primer proyecto minero a cielo abierto en Zamora Chinchipe.
Desde entonces venimos realizando reuniones con nuestras organizaciones de base y con aquellas que se plegaban a la movilización. En estas reuniones recogíamos propuestas, sentires, necesidades, adiciones y se planificaba. Así surge el tipo de movilización y la fecha. Repito nuevamente: una acción política nada clandestina ni oculta; ni en sus objetivos ni en sus acciones a desarrollarse, que reitero nunca tiene como fin propiciar un golpe de estado o desestabilizar al gobierno.
No es solo una movilización o un reclamo indígena. Amplios segmentos de la población urbana y rural, mestiza, indígenas y de afros han coincidido en la elaboración de una plataforma conjunta y en la movilización plurinacional.
Por eso nuestro asombro ante la reacción del gobierno, de la prensa oficial-pública y de sus partidarios, que en lugar de dar respuesta claras sobre los objetivos de la marcha se apresuró a calificarla de «golpista», de «intento de desestabilización del régimen» y «desestabilizar la democracia», de estar «aliada y financiada por la vieja derecha».
Con esos falsos criterios iniciaron una inmensa campaña nacional e internacional, llegando incluso a convocar, a través de las Embajadas ecuatorianas, movilizaciones en respaldo del régimen, supuestamente amenazado. Nuestras primeras reacciones no fueron de enojo, sino de risa: ¿la respuesta del presidente es por incapacidad de comprender las movilizaciones autónomas de los pueblos organizados, o será que la tan publicitada encuesta del 80% de respaldo al gobierno es una mentira propagandística?
Nosotros nos preguntamos: ¿cuándo la crítica, la movilización popular y las propuestas alternativas han desestabilizado la democracia? A los únicos que la crítica, la movilización y las propuestas han desestabilizado, son a los regímenes autoritarios y a las dictaduras. A las democracias, solamente las han fortalecido.
Porfiado y dejando de lado respuestas objetivas y responsables a nuestras propuestas, el presidente Correa se dedicó a la innoble tarea de activar todo el aparato del Estado, y digo del Estado y no de su Movimiento Alianza País porque casi todos sus «militantes» son funcionarios gubernamentales, para intentar dividir a las organizaciones de base. Al no darle resultado esta estrategia, termina convocando a «contramarchas», como lo hicieron gobiernos de la oligarquía; recordemos las contramarchas de Lucio Gutiérrez.
Pero la verdad prevalece con la acción. Una vez iniciada la marcha plurinacional el 8 de marzo, la ciudadanía ecuatoriana se ha ido sumando, tanto a la marcha como a las movilizaciones en las ciudades por donde los caminantes cruzan. En Loja, San Lucas, Saraguro, Oña, Nabón, Cuenca, Azogues, Cañar, Guamote, Colta, Riobamba, la movilización y el apoyo están superando todas nuestras expectativas. En todos estos lugares la solidaridad y el respaldo han coincidido con los objetivos de la marcha. En ningún lugar se ha dicho, y menos hecho acciones que tengan como propósito desestabilizar el gobierno. Ante esta realidad, el gobierno, incapaz de reconocer sus errores y desbordado por sus propias mentiras, responde con insultos y agresiones racistas, así como con permanentes provocaciones por parte de las fuerzas llamadas a asegurar el orden y la democracia, es decir el derecho constitucional que tiene el pueblo ecuatoriano a expresarse y movilizarse.
También es evidente que a lo largo de la marcha ningún acto de violencia ha sido provocado por nosotros; todo lo contrario, conforme avanzamos en nuestro caminar entablamos diálogo con los y las ecuatorianas, les explicamos las razones de nuestra lucha, ellos nos comparten sus situaciones, problemas y necesidades; nos escuchan y les escuchamos, así avanzamos y la marcha crece y se fortalece.
Ya hemos recorrido la mitad del camino; y pese a los ataques, desinformación y descalificación de parte del gobierno y de funcionarios serviles que en otros tiempos se consideraban nuestros compañeros, y ahora por jugosos sueldos y cargos públicos se han convertido en sirvientes de un gobierno capitalista, racista y enemigo de las organizaciones indígenas y populares. Pero la verdad se va imponiendo, nuestra propuesta está siendo escuchada y alimentada. Cuando lleguemos a Quito, la fiesta democrática será multitudinaria, frente a la cual todo el gobierno deberá dar respuestas claras, concretas y urgentes. Y la lucha por la Vida y la justicia continuará, porque es un clamor en todo el mundo.
Ecuatorianas y Ecuatorianos, la marcha iniciada el 8 de marzo, como justo homenaje a las mujeres luchadores, crece gota a gota, ya es un torrentoso rio que sigue aumentando. Nosotros no regalamos equipos deportivos o balones, no compramos los votos con el bono de la miseria, no sobornamos a dirigentes, no utilizamos millones de dólares del pueblo para movilizar gente, no tenemos dinero para confundir al pueblo en cadenas de televisión. Nuestra propaganda es el ejemplo de nuestros taitas y mamas que fueron dignos ante los opresores de turno. El fuego que nos mueve a marchar y luchar por la vida planetaria no son los dólares, sino el fuego de las ideas libres y libertarias. La fuerza que nos lleva a luchar es el latido del corazón de la Pacha Mama que grita: ¡basta de extractivismo¡ ¡Basta de tratarme como a una mercancía! ¡Basta de tratarme con tanta ignorancia y codicia!
Sin embargo, nuestra lucha es insuficiente sin la participación de todos y todas. Hoy, al igual que en las victoriosas luchas contra el TLC, nuestro grito de combate sigue siendo: ¡Para todos todo, nada sólo para los indígenas! Concluyo recordando las palabras de Taita Leonidas Proaño, que también nos alienta en para continuar defendiendo a la Pacha Mama:
«Busco en todas partes luchadores por la Paz y por la Vida. Debemos actuar antes de que sea demasiado tarde, antes de que la ambición y la locura de unos hombres conviertan a nuestro planeta tierra en una luna muerta, en un cementerio del espacio»
Leonidas Proaño.
«Quito Luz de América, cuna del general Rumiñahui, llegaremos el 22 de marzo»
¡Viva la lucha de los pueblos!
HUMBERTO CHOLANGO
Presidente de la CONAIE
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