Chile.- (Andrés Granadillo.- France 24).- La Constituyente chilena logró un acuerdo para aprobar uno de los artículos más controversiales de la Asamblea: poner fin a la institución del Senado que lleva 200 años en funciones. La idea es crear una nueva Cámara de Regiones para sustituirlo. Los conservadores, minoría en la Constituyente, están en desacuerdo.
La Asamblea Constituyente de Chile en una sesión maratónica votó para cerrar el Senado del país que llevaba 200 años de funcionamiento, para sustituirlo por una nueva “Cámara de regiones” que sería un órgano alternativo «paritario y plurinacional de representación regional, encargado de concurrir a la formación de las leyes de acuerdo regional”, según el texto.
Esta idea, una de las más controvertidas en la actual Asamblea y que pasó con 104 votos a favor, 42 en contra y 6 abstenciones, es una de las propuestas clave de la izquierda chilena, de mayorías en la Constituyente, que tildan al bicameralismo y al actual Senado de estancar y detener el progreso y las leyes.
Este nuevo acuerdo se produjo tras la publicación de encuestas que muestran que la gente ha perdido la fe en el proceso de creación de la nueva Carta Magna, debido a las luchas internas y a las propuestas extremas de los constituyentes.
«Este es un tema muy complejo, muy técnico», dijo Rosa Catrileo, constituyente y coordinadora de la comisión. «Es un reto, tenemos poco tiempo, pero aún estamos a tiempo», concluyó.
Los opositores salieron al paso, dicen que la propuesta le da demasiado poder a la Cámara de Diputados, centralizaría en exceso la toma de decisiones y que «las regiones no tendrían voz en materia de salud, pensiones, transporte o educación», así lo afirmó en la Asamblea en pleno el diputado conservador, Hernán Larraín.
A pesar de conseguir la mayoría, el artículo que define sus competencias fracasó y ahora volverá a la comisión para un nuevo debate y otra votación. Además están por definir las funciones del nuevo ente y el alcance de las leyes que promulgue.
El constituyente coordinador de la comisión, Ricardo Montero, dijo que la comisión reelaborará el acuerdo para conseguir más apoyo, y aseguró que están “preocupados por algunos de los artículos que fracasaron».
Una propuesta que no pasó el pleno fue la de cambiar la Cámara de Diputados actual en un «Congreso de los Diputados, deliberativo y plurinacional» que tendría facultades para legislar, además la de fiscalizar al presidente de la República.
La Asamblea tiene hasta el 17 de mayo para aprobar los artículos que posteriormente serán entregados a una comisión encargada de revisar y pulir el documento. Tras este proceso, el texto definitivo de la nueva Constitución chilena será sometido a un referendo el 4 de septiembre.
La nueva Constitución como agente de cambio
La Constituyente nació como respuesta del gobierno de Piñera para intentar conjurar la crisis política que vivió el país suramericano en 2019, cuando una ola de protestas masivas se tomó durante meses las calles de Santiago y de la emblemática Plaza Italia.
Las manifestaciones dejaron unos 30 fallecidos y miles de heridos, además de denuncias de abuso por parte de la policía que enfrentó a los ciudadanos descontentos con balas de goma, gases lacrimógenos y tanquetas que disparaban agua a presión.
El detonante del estallido social fue la aprobación de un alza en el pasaje del metro de la capital.
La Constitución vigente en Chile, que sería derogada por la que escribe la actual Constituyente, fue redactada bajo la dictadura de Augusto Pinochet, que estuvo en el poder entre 1973 y 1990. Esta Carta Magna, de corte neoliberal, es considerada la madre de las grandes desigualdades que vive el país andino del pacífico sur.
Con medios locales