En Siria, la prometedora cosecha de aceitunas, destruida por los incendios

(Maher AL MOUNES.- AFP).- Souheil Dib esperaba con impaciencia la cosecha de las aceitunas de su terreno en Tartús, en el oeste sirio, pero los incendios han destruido en los últimos días zonas enteras de Siria, y han dejado las ramas de sus olivos carbonizadas.

Dib, de 61 años, inspecciona cada rama de estos árboles heredados de su padre en busca de la mínima señal de vida, pero todas se parten entre sus manos.

«Tenía un centenar de árboles», dice resignado. «Nunca en mi vida había visto un incendio igual».

Favorecidos por las altas temperaturas, unos 150 focos de incendios se declararon el viernes al alba en las provincias costeras de Tartús y Latakia (oeste) así como en Homs (centro), destruyendo más de 9.000 hectáreas de tierras agrícolas, bosques, vergeles y olivares, según la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (Ocha).

Tres personas murieron en Latakia, según el ministerio de Salud, y 25.000 personas han sido evacuadas en las tres provincias, según Ocha.

Las autoridades anunciaron el domingo que habían controlado el fuego. El lunes, todavía la capa de cenizas que cubría la zona siniestrada estaba humeante y las montañas del entorno eran inmensas superficies carbonizadas.

  • «Verdadera catástrofe –

Con la crisis económica que sufre el país tras más de nueve años de guerra, Souheil Dib contaba este año con la cosecha para garantizar sus necesidades de aceite y aceitunas.

«Nuestras esperanzas estaban puestas en esta temporada para compensar nuestras pérdidas sucesivas (…) Las aceitunas ya estaban maduras y gordas y si no hubiera sido por estos incendios estaríamos hoy preparándonos para cosecharlas», lamenta este hombre que ha pasado su vida cuidando estos árboles.

Según Ocha, los incendios han afectado a unas 140.000 personas y han dañado o destruido viviendas y campos agrícolas.

En Mashta al Helu, en la región de Tartús, «los incendios causaron muchos daños» y las «tierras tardarán años en recuperarse», dice el alcalde Joseph Eid.

En la ciudad, más de 65 agricultores se vieron afectados por el fuego.

Es el caso de Ali Issa. Sentado en una piedra con la espalda apoyada contra un árbol calcinado, lamenta las pérdidas pese a que la mayoría de sus cosechas han sobrevivido a los incendios.

«Hemos tenido condiciones muy difíciles durante la guerra», dice. «Pero los incendios tienen una dimensión diferente. Nos enfrentamos a una verdadera catástrofe».

«Volveremos a replantar no tanto para comer sino para que nuestros hijos» lo disfruten, dice, determinado.

Pese a la guerra que ha decimado la economía, el país siguió produciendo grandes cantidades de aceite de oliva, uno de los principales productos de exportación.

El ministerio de Agricultura había previsto en agosto una cosecha de 850.000 toneladas de aceitunas esta temporada, frente a las 665.000 del año pasado.

Los incendios en todo el país no solo han destruido tierras agrícolas, también han arrasado viviendas y algunas zonas industriales.

Los incendios forestales han sido ampliamente difundidos en las redes sociales, en particular vídeos que demostraban los destrozos que ha dejado el fuego.

En los vecinos Líbano e Israel también han registrado voraces incendios en los últimos días, que han sido controlados, pero en este último miles de personas tuvieron que ser evacuadas, según las autoridades.

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