LA HISTORIA SOCIAL DEL CIUDADANO CANDIDATO

Lindon Sanmartín Rodríguez

La historia social nos permite conocer y desarrollar un espíritu crítico en relación a los procesos políticos, sociales y principalmente del ciudadano candidato, para reducir la incertidumbre en la toma de nuestras decisiones electorales, principalmente en los ámbitos de la vida familiar del ser humano, que se fundamentan en la sociología y la ciencia política.

El ejemplo es muy oportuno, poner a discusión de la sociedad lojana, para ir desenredando un ovillo de muchas dudas que encierra la personalidad del ciudadano candidato y conocer principalmente los rasgos psicológicos de comportamiento en momentos difíciles que se podrían presentar.

Hay políticos autoritarios; narcisistas, manipuladores, obsesivos, paranoides, totalitarios, en realidad cada político tiene un predominio más o menos claro de estos rasgos, que se presentan en los gobernantes, candidatos, dirigentes, jefes de campaña, miembros de comandos electorales y militantes activos, todos ellos tienen una parte dentro de la psicología política.

Alguna vez nos hemos dedicado a reflexionar de ¿cuál es la mente de un gobernante autoritario?, ¿Qué ocurre en su cabeza? De seguro nunca porque hemos visto otras “virtudes” que solo afloran en tiempos de campaña electoral y cuando están en el ejercicio del poder demuestran estos comportamientos.

En estas elecciones como ciudadanos responsables, debemos analizar individualmente al candidato que tiene un proyecto de estado cantonal y no uno individual, que conscientemente es impulsado por motivaciones corruptas, esperemos que el próximo alcalde y prefecto sean dignos de la voluntad de sus electores, de no ser así estaremos asistiendo a un desgaste en su personalidad lo que le traerá enormes problemas y dolores de cabeza para él, su familia y a los gobernados.

El elector es un político activo, cuyas acciones las realiza conscientemente con las mejores virtudes de Honestidad y Responsabilidad, a diferencias de las autoridades de elección popular que en su mayoría son observados por el escrutinio público y los organismos de control.