Kabul.- (EFE).- Unos tres millones y medio de afganos son adictos a las drogas y alrededor de 2,3 millones de niños se enfrentan a la desnutrición en Afganistán, unas cifras que evidencian el frágil sistema de salud del país, en medio de la severa crisis humanitaria que atraviesa tras la llegada al poder de los talibanes, en agosto de 2021.
«Actualmente en el país, tres millones y medio de personas son adictas a las drogas y cada adicto consume 3 dólares al día», alertó hoy el viceministro afgano de Salud Pública, el talibán Abdul Bari Omar, en una rueda de prensa.
A su vez, aseguró que «2,3 millones de niños se enfrentan a la desnutrición», unos datos que evidencian las escasas ayudas de que dispone el país para hacer frente a la severa crisis humanitaria.
Para tratar de hacer frente a esta grave crisis, Omar indicó se están tratando de encontrar donantes para mantener en funcionamiento el sector de la salud, y que por el momento, Cruz Roja ha respondido al llamado haciéndose cargo de nueve hospitales.
En este sentido, el viceministro enfatizó las carencias en su sistema de salud nacional y alegó que a día de hoy solo tres centros para tratar a pacientes con drogadicciones permanecen activos en el país de los 88 que llegó a tener anteriormente.
La situación se complica todavía para los pacientes con coronavirus ingresados en hospitales, muchos de los cuales tuvieron que cerrar tras la toma del poder por los talibanes, el pasado 15 de agosto, y los salarios de los trabajadores se mantuvieron en suspenso durante meses.
«Por el momento no tenemos los recursos para dotar de instalaciones y sueldos a todos los hospitales de coronavirus del país, pero estamos intentando encontrar donantes extranjeros para estos hospitales», remarcó.
El viceministro agregó que el Emirato Islámico (como se autodenominan los talibanes) está comprometido a despolitizar el sector sanitario y culpó a la comunidad internacional de haber politizado el sistema al suspender los fondos para la reconstrucción de Afganistán.
«El 95 por ciento del sector sanitario afgano estaba relacionado con la ayuda exterior, y cuando el Emirato Islámico llegó al poder, esta ayuda se detuvo y esto causó problemas», explicó Jawid Hazhir, portavoz del ministerio de Salud en un encuentro con los medios locales.