Los procesos electorales, el arma perfecta

Lindon Sanmartín Rodríguez
lindonarturo@gmail.com

El ataque al Ecuador no se hallaba en las calles (la distracción de las papas revolucionarias con el mensaje de alarma social “el campo da de comer a la ciudad”); el verdadero ataque se halla en los procesos electorales mediante las convocatorias con una función controlada por una ideología política de simiente internacional.

Los procesos se convocan con ley, pero se regulan con resoluciones de última hora para beneficio institucional o favores con efectos particulares, como ha ocurrido en procesos electorales anteriores, donde ha sido visible la activación de los feudos políticos que habilidosamente utilizan recursos económicos y recursos de logística del Estado.

Desde la década del 2010, hasta la presente fecha, de forma planificada, el socialismo de la Revolución Ciudadana, hoy UNES, han construido feudos políticos sociales anclados a coberturas de actos bondadosos de Estado (bonos en dinero); la estratagema también consistía en construir feudos de burocracia introduciendo militancia de un fanatismo medible que justifique reemplazar la probidad y excelencia del funcionario respetuoso del Estado por la obediencia al partido o líder que lo empleó; feudos de votos electorales que cobran sueldo para implosionar un Gobierno desde las bases mismas.

La Constitución de Montecristi viabiliza el sembrar la ideología política en la mente de los ecuatorianos; el verdadero fin es el control del Estado; el método, palabras y conceptos nuevos elevados a normas constitucionales y la introducción de gente fanática en las estructuras administrativas de los procesos electorales convertidos rápidamente en objetivo político de los dictadores de los feudos políticos; hacer del control de procesos electorales para introducir los peones en el conteo y digitalización de datos de dichos eventos electorales.

A esto se une con CNE deslegitimado en su credibilidad institucional, que garantice la expresión y opinión de ciudadano habilitado constitucionalmente a sufragar en los procesos electorales, El Ecuador requiere revestirse nuevamente de HONESTIDAD INSTITUCIONAL.