Por. ECO. JAIME CARRERA.
Hasta el mes de octubre de 2023, el déficit real del presupuesto del Estado fue de $3.581 millones, y las cuentas por pagar reales fueron de $2.072 millones. Sin embargo, al procesar la información de la página web del Ministerio de Economía y Finanzas, se obtiene un déficit de $3.238 millones (cuadro), y cuentas por pagar de $1.729 millones.
La nueva normalidad en las cuentas públicas de la página web del Ministerio de Economía y Finanzas, es no registrar en sus valores reales ciertos gastos devengados, por tanto, reflejar un valor menor del déficit y de las cuentas por pagar. Hasta el mes de octubre de 2023 no se registraron $212 millones en el gasto de las transferencias por el 40 por ciento de pensiones de los jubilados, y $131 millones del gasto devengado por transferencias a los GADS. Además, la asignación codificada de $2.356 millones de las transferencias al IESS por el 40 por ciento de las pensiones, se redujo a $2.217 millones.
Como se observa en el cuadro, última columna, solo en el mes de octubre el déficit fue de $595 millones, sin considerar el gasto por el 40 % de pensiones que es cero. Los ingresos de octubre apenas cubren el gasto corriente que es inflexible en esos niveles. Para cubrir las transferencias a los GADs, bonos para quienes se jubilan en el sector público y escasas inversiones, faltaron más de $500 millones.
Si hasta el mes de octubre el déficit fue de $3.581 millones, los déficits mensuales de noviembre y diciembre serán al menos de $600 millones cada mes, y el pago del décimo tercer sueldo supera los $500 millones, se infiere que el déficit a fin de año será bastante superior a los $5.000 millones.
Para financiar el déficit y el pago de amortizaciones, se utilizaron los préstamos del BID por más de $500 millones, del Banco Mundial por casi $600 millones, de la CAF por $147 millones, de JICA por $172 millones, entre otros. Además, hasta agosto, el IESS financió el déficit con la compra de $1.600 millones en bonos y $642 millones por atrasos en las transferencias. El COSEDE compró bonos por $329 millones, entre otros financiamientos privados. Los saldos de caja del Tesoro se redujeron de modo importante. Hasta el mes de agosto se utilizaron $669 millones de los saldos de caja de empresas y entidades públicas (Convenios de Liquidez). También a fines de octubre se concretó otra compra de bonos por el IESS por $581 millones, la cual fue registrada el 1 de noviembre.
Son evidentes las angustias para financiar el déficit. Las mismas tienen su fiel expresión en el anuncio para efectuar otra venta anticipada de petróleo por $1.200 millones. Sería un préstamo a pagarse con petróleo hasta marzo de 2024. Si hay apetito externo por esta operación, pues, se exigirán garantías adicionales, la misma deben ser absolutamente transparente en cuanto a sus costos y condiciones. De concretarse este anuncio, el próximo gobierno no recibirá los ingresos petroleros que se prevendan hasta marzo de 2024, profundizando las inmanejables necesidades de financiamiento que recibirá el próximo gobierno, con un déficit del presupuesto que será superior a los $6.000 millones.
Serán altísimos los costos para la sociedad, mientras continúe la patológica adicción del Ecuador a financiar elevados déficits fiscales, de forma poco sana y con artificios inadecuados que profundizan los desajustes fiscales, al tiempo que se postergan las reformas estructurales para reducir los crónicos saldos rojos de las cuentas públicas.
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