(Rafael Mathus Ruiz,lanacion.com).- Poco después de despegar hacia hacia Buenos Aires en el Air Force One, Donald Trump se reunió con su jefe de Gabinete, John Kelly y su secretario de Estado, Mike Pompeo. Al teléfono estaba su asesor de Seguridad Nacional, John Bolton, desde Brasil. Unos minutos después, Trump anunció una decisión: canceló su reunión bilateral con el presidente ruso, Vladimir Putin, por el último choque entre Rusia y Ucrania en el Mar Negro.
El mundo se enteró, otra vez, por Twitter.
Un rato antes, al dejar la Casa Blanca, Trump había atizado otro frente: había dicho que estaban «muy cerca» de lograr un avance con China, pero que no estaba seguro de querer hacerlo porque los aranceles de su guerra comercial aportaban «miles y miles de millones de dólares».
Antes de pisar Buenos Aires, Trump y su imprevisibilidad -un sello de su presidencia- ya han comenzado de dejar su huella en la cumbre de líderes del G-20, que lo tendrá como protagonista excluyente.
La puja entre Estados Unidos y China es el principal foco de atención del encuentro, ante un mundo a la espera de que Trump y el presidente chino, Xi Jinping, logren dar un franco avance hacia un acuerdo que despeje los temores por la guerra comercial iniciada por la Casa Blanca. Trump dejó señales ambigüas.
«Creo que estamos muy cerca de hacer algo con China, pero no sé si quiero hacerlo», dijo ayer, al salir de la Casa Blanca. «Porque lo que tenemos ahora es que miles de millones y miles de millones de dólares que ingresan a los Estados Unidos en forma de aranceles o impuestos. Así que realmente no lo sé. Creo que China quiere hacer un trato. Estoy abierto a hacer un trato. Pero francamente me gusta el trato que tenemos ahora», cerró el mandatario.
La decisión de Trump de cancelar su encuentro marcó otro punto de fricción en su tumultuosa relación con el Kremlin. El nuevo contrapunto se en medio de un nuevo pico de tensión Moscú y Kiev luego de un choque naval en el Mar Negro que derivó en la captura de tres buques y 24 marineros ucranianos.
«Basándome en el hecho de que los barcos y los marineros no han sido devueltos a Ucrania desde Rusia, he decidido que sería mejor para todas las partes involucradas cancelar mi reunión previamente programada en la Argentina con el Presidente Vladimir Putin», anunció Trump en Twitter. «¡Espero una cumbre significativa de nuevo tan pronto como esta situación se resuelva!», agregó el mandatario, ya en vuelo hacia la Argentina.
Fiel a su costumbre, Trump respondió preguntas de los periodistas antes de subirse al helicóptero presidencial Marine One que lo llevó a la base aérea Andrews, desde donde despegó rumbo al aeropuerto internacional de Ezeiza. Su aterrizaje está previsto para las 10.05 pm. Lo recibirá el canciller, Jorge Faurie .
Trump había dicho que la cumbre era una buena oportunidad para reunirse con Putin, y que también estaría dispuesto a un encuentro con el príncipe heredero de la corona saudita, Mohammed ben Salman , envuelto en el escándalo por el asesinato del periodista disidente, Jamal Khashoggi . Trump dijo que «probablemente» se reuniría con Putin, pero, un rato después, decidió suspender la reunión con el líder del Kremlin.
Antes de partir, el magnate recibió una noticia que le dio un nuevo dolor de cabeza en el complicado frente judicial que acosa a la Casa Blanca: su exabogado personal, Michael Cohen, miembro clave de su círculo íntimo durante años, se declaró culpable de haberle mentido a un comité del Congreso y aceptó cooperar con el fiscal Especial del Rusiagate, Robert Mueller.
Cohen se presentó esta mañana en un tribunal federal de Nueva York para declararse culpable luego de alcanzar un acuerdo con los fiscales federales que contempla su cooperación con la investigación del Rusiagate.
«Es una persona débil, y lo que está tratando de hacer es obtener una sentencia reducida, entonces está mintiendo sobre un proyecto del que todo el mundo sabía», dijo Trump, antes de partir.
Controversias de lado, el foco principal de la visita de Trump a Buenos Aires será su encuentro con el presidente chino, el sábado por la tarde. Trump y Xi compartirán una cena de trabajo con sus respectivos colaboradores, en la cual intentarán brindar una señal de paz que atenúe los temores que ha desatado su guerra comercial.
Trump salió de Washington con cinco encuentros bilaterales agendados. Además de Xi, se verá con el primer ministro de Japón, Shinzo Abe; la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente Mauricio Macri. Con Macri tendrá la primera actividad en su agenda: un desayuno bien temprano, en la Casa Rosada.