Loja.- Con el Domingo de Ramos, el mundo católico se apresta a celebrar la Semana Santa. Este es el día en que los cristianos conmemoran la entrada de Jesús en Jerusalén y su aclamación como Hijo de Dios.
El Domingo de Ramos es el acontecimiento que marca el fin de la Cuaresma y el inicio de la Semana Santa, tiempo en que se celebra la pasión, crucifixión, muerte y resurrección de Cristo.
Desde las diferentes parroquias eclesiásticas en la provincia de Loja, se realizaba las procesiones acompañadas de fieles católicos, que portaban en sus manos un ramo.
A las primeras horas de este domingo, la comunidad de Franciscanos se concentró en las inmediaciones de la Puerta de la Ciudad, donde confluyeron familias enteras para participar de la precesión que recorrió las principales calles de la ciudad, concluyendo en la Iglesia del mismo nombre ubicada en las calles Bolívar y Colón.
El mensaje es universal
En cada una de las iglesias el mensaje era una solo, la entrada de Jesús a Jerusalén montado sobre un asno y fue aclamado como rey por sus seguidores, quienes extendieron mantos, ramas de olivo y de palma a su paso. Gritaban: “¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!”; “¡Hosanna en las alturas!”
El Santuario de San Sebastián los jóvenes catequistas y fieles católicos participaron de la procesión de “La Burrita” escenificando a Jesús entrando en Jerusalén y en la que los niños golpean con sus ramos y palmas la imagen de la borriquita.
Esta procesión de “la Burrita” es una de las procesiones más familiares de la Semana Santa. Se recuerda esta tradición cristiana con una procesión. Los ramos y algunas palmas acompañan la procesión triunfal de la entrada de Cristo en Jerusalén, recordando la leyenda que indica que “La Palmera” se inclinó para ofrecer sus frutos a María durante la huida con José y su hijo Jesús.
La Eucaristía dominical
La eucaristía del Domingo de Ramos tiene dos momentos importantes. El primero es la procesión de las palmas y la bendición de las mismas por parte del sacerdote. El segundo es la lectura de la palabra que evoca la Pasión del Señor, en el evangelio de San Mateo.
Este día se puede observar a los religiosos llevar el color litúrgico de Domingo de Ramos “rojo”, ya que se conmemora la Pasión del Señor.
El Domingo de Ramos es el momento para proclamar a Jesús como el pilar fundamental de sus vidas, tal como lo hizo el pueblo de Jerusalén cuando lo recibió y aclamó como profeta, Hijo de Dios y rey.
La Semana Santa, conocida como Semana Mayor, es un período de ocho días que comienza con el Domingo de Ramos y culmina con el Domingo de Resurrección.
La importancia del domingo de Ramos
El Domingo de Ramos es el acontecimiento que marca el fin de la Cuaresma y el inicio de la Semana Santa, tiempo en que se celebra la pasión, crucifixión, muerte y resurrección de Cristo.
En cada una de las iglesias el mensaje era una solo, la entrada de Jesús a Jerusalén montado sobre un asno y fue aclamado como rey por sus seguidores, quienes extendieron mantos, ramas de olivo y de palma a su paso. Gritaban: “¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!”; “¡Hosanna en las alturas!”
La eucaristía del Domingo de Ramos tiene dos momentos importantes. El primero es la procesión de las palmas y la bendición de las mismas por parte del sacerdote. El segundo es la lectura de la palabra que evoca la Pasión del Señor, en el evangelio de San Mateo.
Este día se puede observar a los religiosos llevar el color litúrgico de Domingo de Ramos “rojo”, ya que se conmemora la Pasión del Señor.
El Domingo de Ramos es el momento para proclamar a Jesús como el pilar fundamental de sus vidas, tal como lo hizo el pueblo de Jerusalén cuando lo recibió y aclamó como profeta, Hijo de Dios y rey.
La Semana Santa, conocida como Semana Mayor, es un período de ocho días que comienza con el Domingo de Ramos y culmina con el Domingo de Resurrección.
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