Los niños volvieron al pueblo

POR DANIELA IDROVO.
Los Cronistas

Hoy es el bautizo de cuatro de los cinco hijos de Charito, quien va de un lado para el otro porque no quiere que nada se le olvide.

Ellos son los únicos niños que, desde hace un par de años, viven en La Ciénega.

Charito se llama, en realidad, Rosario Salguero: 31 años, estatura media-baja, cabello negro con remanentes de tinte rojo, piel bronceada y sonrisa sincera.

Ha puesto a trabajar a toda la familia: tíos, tías, primas (que vinieron de Guayaquil) y abuelos cargan las cosas hasta la camioneta de Iván, su esposo, quien les hace apurar porque ya va a ser mediodía y él aún no se ha bañado ni afeitado.

La casa está en la entrada del pueblo, justo en la parte izquierda de un letrero que reza: Comuna La Ciénega.

Para llegar se debe cruzar un pequeño puente peatonal de madera, recién improvisado. Las lluvias de este invierno han caído con toda la fuerza y se llevaron el puente anterior.

La casa es pequeña: una sola planta, techo de zinc de color blanco. En algunas partes se ve el bloque crudo.

Afuera hay una lavadora sin tapa enjuagando la ropa, una tina grande en la que comen -sin disputas- perros, chivos y cerdos.

El patio es grande, indefinido, sin rejas o puertas que indiquen hasta donde llega. Está rodeado de árboles que cargan buitres en sus ramas.

La Ciénega es una de las 68 comunas que pertenecen a Santa Elena, una provincia cuyo territorio es 95% comunal, dice Joel Kouperman, geógrafo cuencano que trabaja en la oficina de ordenamiento territorial de la prefectura de Santa Elena. Es un joven alto, delgado y demasiado blanco como para creer que vive en la costa ya seis años.

En los datos que él maneja y que pertenecen al censo del 2010, no consta el número exacto de habitantes que tiene la comuna, pero cree que hay, más o menos, una población permanente de 20 personas, “todos viejitos”.

Dice que es muy difícil que la gente vuelva, que como van las cosas el pueblo podría desaparecer y cuenta que uno de los mayores problemas es la falta de agua.

Joel cuenta que La Ciénega tiene 7.400 hectáreas y que está regido por la Ley Orgánica de Tierras Rurales y Territorios Ancestrales, según la cual todos los socios comuneros por derecho tienen posesión de una parte del territorio.

Quizá por eso, en todo el camino hacia al pueblo, hay letreros clavados en los árboles que dicen “propiedad privada de Rosario Avelino” o cualquier otro nombre.

En la década de los 70, una fuerte sequía y la falta de campos laborales cambiaron el futuro de La Ciénega y los jóvenes migraron a otras ciudades, principalmente Guayaquil.

Quienes se quedaron tenían como principal actividad económica la venta del carbón, pero poco a poco se agotó la madera gruesa y quedaron solo troncos muy delgados que ya no rendían.

En la Serie Cultura Comunal, Agua y Biodiversidad en la Costa del Ecuador del 2005, editada por Silvia Álvarez, se lee una etnografía sobre La Ciénega: la mayor parte de la gente que emigró a Guayaquil se asentó en el mismo sector del suburbio, exactamente “en la 22 y la U” viven 80 personas de la comuna, hay mucha más gente en las calles de la manzana y el resto está disperso por la ciudad”.

En el centro del pueblo hay una cancha con agua empozada hasta la mitad, un graderío de cuatro escalones que alguna vez fue celeste, 15 casas alrededor, de tablones de madera, con una planta alta levantada por pilares que deja un espacio en la parte inferior.

Algunas tienen bloques. Afuera de una de las casas han dejado un viejo auto rojo que va enterrándose poco a poco entre los matorrales empecinados en crecer. Frente a la cancha había una escuela: ya no existe.

Ahora es una casa comunal y allí va a ser la fiesta de bautizo.

Hay otras viviendas desparramadas en las partes montañosas del lugar, la mayoría abandonadas. Al fondo y arriba está el cementerio invadido de maleza que llega hasta la cintura. Desde aquí se ve todo el pueblo. El cementerio tiene mayor población que la comuna.

La casa que comparten todos no es de madera, es de cemento y por fuera está pintada de blanco. Tiene un salón grande y una especie de cocina pequeña en otro cuarto. El piso es de cerámica blanca.

En la entrada, uno de los abuelos prepara el chancho y se enfurece cada vez que un niño deja las huellas con los zapatos enlodados.

Tías y primas venidas desde Guayaquil están ocupadas: unas cortan la torta en pedazos para ponerla en las cajas de colores azul y rosa con el rostro de un bebé de ojos celestes y la leyenda “en mi bautizo”. Otras llenan de caramelos, galletas y dulces de leche pequeñas cajas cuadradas de plástico, que son los recuerdos para los invitados. Para los cuatro padrinos hay cajas especiales.

Iván y Rosario vivían en Guayaquil hasta hace tres años, pero regresaron a La Ciénega no solo porque los padres de Iván viven aquí, sino porque él consiguió trabajo como guardia en Petroecuador, en el oleoducto que pasa cerca del pueblo y gracias al cual existe la carretera, la única obra que ha hecho el Estado allí.

Al principio fue difícil, sobre todo para la hija mayor, Narciza. Ella tiene 13 años, está a las puertas de la adolescencia y no hay más gente de su edad. “El papá le puso internet, un plan en el celular y con eso pasa”- dice Rosario-: “también tienen Directv”.

Los otros niños son Yulisa, de once años; Melissa, de ocho; Adriana, de seis, y Esteban, de tres años, que viajó ayer a Guayaquil porque su padrino lo mandó a llamar para entregarle la ropa que usará en el bautizo.

Los varones están ocupados bajando 40 jabas de cerveza que no llegan en un solo viaje. Las colocarán con hielo en tanques grandes de plástico azul.

El hielo lo traen en pedazos gigantes envueltos en aserrín rojo, dentro de saquillos, para que no se deshaga. El día anterior pasaron toda la tarde colocando una lona plástica con postes de caña afuera de la casa comunal para ampliar el espacio y como precaución en caso de lluvia.

La novedad es que van a traer un DJ.

El bautizo será a las seis de la tarde en Progreso, el pueblo más cercano, pues en La Ciénega no hay iglesias ni curas, aunque sí hay paz.

Bolívar tiene unos 80 años. Vive en la única casa que tiene color: es rosa pastel. En la parte de abajo se han dispuesto hamacas y hay un pequeño cuarto con una refrigeradora y un frigorífico rectangular de color blanco.

Su esposa, Herminia Avelino, vive en Guayaquil desde hace 11 años. Se fue para que sus hijos pudieran estudiar y se quedó allá porque ahora cuida a sus nietos.

Herminia viene los fines de semana a ver a su esposo. “Él no aguanta Guayaquil, pasa un día o dos y regresa. Le molesta la bulla que hacen los nietos”, dice mientras prepara las ollas para cocinar.

El almuerzo será caldo de gallina criolla y arroz con pescado “carita”, frito. Hoy tiene más comensales: ha venido Santiago -el visitante permanente del pueblo- con un amigo.

Santiago Arcos http://www.santiagoarcos.com/la-cienega-test es un joven fotógrafo que hace seis años descubrió o, más bien, redescubrió La Ciénega. Desde entonces no ha parado de venir, por lo menos una vez al año. A veces se queda una semana o dos.

Cuando tenía 19 años, estudiante aún, escuchó en la radio sobre “un pueblo sin niños”, trató de encontrar el lugar, pero no halló nada de información hasta que un día su jefe le mostró un viejo periódico con un reportaje que hablaba de La Ciénega.

Fue difícil encontrar el pueblo. Estaba a punto de rendirse cuando vio al viejo Bolívar asomarse por la ventana. Se hicieron amigos y por eso cada vez que viene se queda en su casa y le paga por el hospedaje y la comida.

Santiago no lo menciona, pero una señora del pueblo cuenta que hace un tiempo él regaló colchones “de los buenos” a todos los pobladores.

Cada vez que viene toma fotos. Esta vez llegó con Javier Carrera, un amigo periodista. Ambos ganaron los fondos concursables del Ministerio de Cultura con un proyecto de creación artística que van a realizar en La Ciénega.

Se trata de un retrato colectivo del pueblo formado por las experiencias, leyendas y recuerdos de los habitantes, que será materializado en cuentos cortos. Javier hará los textos y Santiago, claro, la fotografía.

Ellos también irán al bautizo, así como todo el pueblo que, según Rosario, “son ocho familias no más”, contando con la suya. Aún faltan por llegar muchos de Guayaquil, no saben exactamente cuántos vendrán, pero, por las dudas, Charito permite abrir más fundas de caramelos para poner sobre la mesa.

Lucas Avelino, bisabuelo de los bautizados, vive con su esposa en la casa contigua a la de Bolívar. Tiene 96 años, “pisando los 97”, ríe. Lúcido y robusto, tiene brazos y manos largas que casi le llegan hasta las rodillas.

Su voz es gruesa y fuerte, ronca, y es difícil entender lo que dice. Una de sus hijas -son 11 en total- viene cada 15 días a cocinar. Tiene chivitos que cría para comer, recibe $ 50 dólares mensuales del bono del Estado https://es.wikipedia.org/wiki/Bono_de_desarrollo_humano y también ayuda económica de sus hijos.

Una casa más allá vive una pareja: Arcadio Avelino y Rosaura Mateo. Les quedan pocos dientes, sus cabelleras son blancas y las arrugas cruzan por toda la piel. A su alrededor deambulan algunos perros flacos y chivos.

Cuando necesitan salir de la comuna llaman a un carro que los venga a llevar, aunque la mayoría de los habitantes saben que Iván sale a las seis de la mañana a dejar a los hijos a la escuela en Progreso y que regresa a mediodía. Entonces aprovechan para ir con él o pedir que les traiga algo.

En verano el agua llega gracias a un tanquero que viene desde Santa Elena cada 15 días, pero en invierno la lluvia es la que provee el líquido. “La recogemos del zinc del techo, como es limpio, el agua de Dios es dulcita”, dice Herminia y agrega que antes tomaban el agua de una poza que está en el camino, pero ahí “se meaban las vacas”.

La entrada a La Ciénega está en la vía a Santa Elena, a la altura de Progreso, del lado opuesto al mar.

Es un camino de tierra, rodeado de vegetación nativa como una selva infinita. A lo largo de la vía se ven grupos de mariposas con grandes alas amarillas y unas pocas verdes que revolotean cuando remotamente pasa un carro. También se observan vacas y pajaritos.

Al llegar da la impresión de que nadie vive ahí, hasta que empieza a asomarse por la ventana gente sonriente y saludadora.

Aquí la vida es sencilla y pasa tranquila. Eso sí: saben cómo hacer una fiesta. Cuando festejan, la farra dura por lo menos dos días.

Son las cuatro de la tarde y aún falta pelar una tina de papas y decorar.

Por eso a la iglesia solo irán Rosario, Iván, los padrinos y los bautizados.

Los demás se quedarán a cargo de los últimos detalles. La fiesta será larga porque también es carnaval.

Mientras tanto, allá, por la carretera principal, circularán unos 50 mil carros, pero todos pasarán de largo en dirección al mar.

En La Ciénega hoy es un día feliz. La lluvia no ha parado desde enero, el maíz recién sembrado está creciendo con buena salud, tiene hojas verdecitas y brillantes, han nacido 12 terneros y, sobre todo, hay niños otra vez.

Tomado de Los Cronistas, periodismo y literatura

Una aspirante a cronista

Por JANNETH LUNA.
Los Cronistas

Trabajo en un espacio pequeño y lo comparto con tres profesores que siempre están entrando y saliendo, cargando carpetas, cuadernos, corrigiendo exámenes, recibiendo a los padres de familia y pasando notas de trabajos y pruebas atrasadas.

Apenas son dos meses que llegué a mi nuevo empleo, tengo un escritorio que está casi vacío, una computadora y el internet que me conecta con otros mundos, otras historias, otros encuentros y en ese recorrer por el universo virtual me encuentro con una insinuante invitación:

¿Qué esperas para unirte a nuestro proyecto? Te proponemos una nueva forma de contar la vida. Una nueva forma de mirar la realidad y transformarla en palabras.

Sin pensarlo mucho me aventuro en una cadena de preguntas y respuestas. Quiero saber cómo narrar la vida.

Caty: Hola, los cronistas. Estoy interesada en el taller, recién me entero. ¿Qué debo hacer?

Rubén Darío Buitrón: ¿Cómo estás? Soy el director de loscronistas.net

Caty: ¿Me puedo inscribir aunque ya estoy a destiempo?

Los Cronistas: Sí, estás a tiempo. Es cuestión de igualarse con los materiales. Hazlo mañana temprano y me avisas. ¿De acuerdo?

Caty: Listo.

(Creo que puedo hacerlo, pero me paso en un correcorre interminable. Voy a un partido de fútbol colegial, visito la feria de las universidades y por primera vez asisto a un concurso de bastoneras. Me queda pendiente el encuentro de básquet, algunos talleres y el campeonato de fútbol de mujeres.)

RDB: Hola. Bienvenida a la aventura de escribir.

Caty: Gracias, espero cambiar el chip de boletín a crónica.

RDB: Es lo más importante. Escribimos muy rígidos, repetitivos, monótonos, como oficinistas. Acá haremos todo lo contrario. Empecemos. ¿Leíste las dos crónicas que te enviamos?

Caty: Leí las dos primeras hojas.

RDB: Veamos. ¿Cómo es eso de las dos primeras hojas?

(Apenas si había visto mi correo electrónico. Ese día, muy temprano en la mañana, estuve sentada en una banca azul, en la última fila del auditorio del lugar donde trabajo. Tomaba fotos y cogía unos apuntes, era un taller para padres que hablaba sobre las drogas en la adolescencia. Eran padres jóvenes, unos atendían, otros estaban más preocupados de la hora e inquietos, casi con un pie en la puerta de salida).

RDB: ¿No leíste todo? ¿Por qué?

(Sentí que había fallado. Había tenido un poco de tiempo y sin embargo no leí. Recordé mis tiempos de estudiante, dejando las cosas para el último. Con la diferencia que con el pasar de los años sientes el peso de la tarea no cumplida).

Caty: Tranquilo, soy buena para leer. Esto del trabajo me quita tiempo, jijiji. (Poniéndole humor a la justificación). Ya estoy en la octava hoja.

RDB: Mmmmmm. Así que queriendo que me asuste, ¿no? Bueno, ahora te haré asustar yo: “Hazme un resumen estructural de la crónica. Cómo está planteada. No la historia. La estructura del texto”.

Caty: Buen punto, ya lo hago.

(Yo había seguido periodismo, pero no sabía de qué me hablaba exactamente, se me dibujó una sonrisa de… ¡No sé! Pero…, cómo un comunicador le dice a otro comunicador que no sabe. No puedes quedar como una ignorante y te metes a internet y buscas una respuesta rebuscada).

Caty: De lo que voy leyendo me parece una narración, una historia que recoge en algunos momentos datos simples, que siguen una secuencia.

RDB: ¿Qué son “datos simples”?

Caty: Se centra en un solo personaje y construye la historia.

Ejemplo de dato simple: “A mí los cementerios no me gustan”.

RDB: No, no se centra en un solo personaje. Al contrario. Ojo, como esta es una clase-taller, te voy a corregir las faltas ortográficas también. Debes escribir de forma impecable.

(Ahí es cuando se te cae la cara de vergüenza, no leíste la historia completa e inventaste la respuesta y encima con faltas de ortografía y mecanografía. Se me tambalea el ego).

RDB: Ya. Avancemos. ¿Por qué él es tan importante en la crónica? ¿Cuál es, finalmente, su rol?

Caty: Creo que a través de él y su trabajo se va contando la historia, no solo de los desaparecidos, sino también, de los familiares, de las personas que ayudan en el proceso, de la situación política del país.

RDB: Exacto. Entonces, como ves, no es la historia de una persona. Es la historia de un país a través de una persona.

(En este punto he terminado de leer la crónica, un relato de Leila Guerriero, “El rastro de los huesos”. Sabía que era una tragedia humana, la había vivido como un hecho noticioso, no era en mi país, era en otra patria, gente que desapareció en la dictadura argentina. Con Guerriero los huesos comienzan a contar sus historias personales y las historias de un país).

RDB: En el caso de Ecuador, ¿qué historia se te ocurre que podría tener una estructura similar?

Caty: La deuda externa, se la mira como datos fríos. Este tema me preocupa porque es muy recurrente. En estos tiempos electorales mucho más.

RDB: La deuda externa… Ya, entonces, para mañana, sábado, hasta las 3 pm, te pido por favor me envíes un plan de cómo harías el tema, humanizándolo. Y nos reunimos por chat a esa hora para analizarlo. ¿De acuerdo?

Caty: Jajajajajaja, tan lindo, tú. (Risa de nervios. ¡Y cómo rayos hago eso!). Yo solo decía. Pero lo voy a hacer. Para mañana leo las dos crónicas. Chao, hasta mañana.

RDB: Gracias. Veamos cómo sale. Te envío un abrazo.

(Te quedas con la mirada perdida, preguntándote: ¿Qué hiciste? ¿Quién te mandó a inscribirte en este taller, si estabas tan tranquila? Siguiente paso, buscar en el internet: Pasos para escribir una crónica, hay más de diez hojas con posibles respuestas y sigues sin saber por dónde comenzar).

SÁBADO, 15h00

RDB: Hola. Buenas tardes.

Domingo, 15h00

RDB: Hola. Tenemos clase…

RDB: Hola. Hoy también estuve esperando desde las 3 pm, como habíamos quedado. Por favor llámame para ver qué ha pasado o si tuviste algo ineludible, pero no nos dejes así esperando, por favor. En esta semana tocará igualarte a marcha forzada.

(Desaparecí sábado y domingo, se me cruzaron esas cosas que se les cruzan a las madres los fines de semana, taller de clown y taller de teatro e improvisación, almuerzo, lavado de ropa, arreglo de casa y visita de las tías y las primas. Además de una intensa angustia y una resistencia que se colaba por mi cuerpo, no quería ya más el taller, no tener las palabras para escribir un relato me hacía sentir inútil. ¡No quierooooooooo! Para no quedar como mal educada escribí un correo de disculpa:

E-mail: Hoy por la mañana vi el correo y no sabía qué responder, tienes la razón, lo que te puedo decir es que no calculé bien mi interés por este taller, mi realidad, la tecnología que me falta y la frustración que me causa no saber escribir otra cosa que no sea boletines. En todo caso, pido mil disculpas por mi descortesía y me queda la inquietud de si debo continuar con el taller. Otra cosa, los fines de semana, a las tres de la tarde, definitivamente no me puedo conectar.

Quiero que sepas que no fui tan indisciplinada, leí todas las crónicas y me asombra la capacidad que tienen para escribir y llevarte por las historias. Me quedo con las crónicas de Alberto Salcedo y Leila Guerriero, fueron las que más me atraparon. Leer estas crónicas me hizo notar que no debo escribir una crónica sobre la deuda externa, porque es un tema que no conozco a profundidad).

Caty: Hola, te escribí, ya tengo dos faltas. No sé si sea pertinente seguir.

RDB: Claro que es pertinente. Lee el mail que acabo de enviarte y seguimos, este mismo rato.

Email: Hola. Claro que puedes y debes continuar. Siempre eres bienvenida. Y podemos empezar este mismo momento. Si no puedes los sábados a las 3 pm dime una hora o lo dejamos para los domingos. Lo que importa es que sigas y que no te frustres en tu empeño de aprender a escribir bien.

¿Podemos empezar? Un abrazo afectuoso.

(Leer ese e-mail me dejó tranquila, aplacó en algo mi angustia y me dio valor para decir “hazlo, no te dejes, haz lo que puedas, no abandones”. Para recompensar el tiempo perdido leí las crónicas que tenía pendientes: Las cholitas se defienden, de Alma Guillermoprieto, y Tierra de pandillas, Río de Janeiro, de Jon Lee Anderson).

RDB: Estoy de acuerdo que hacer una crónica sobre la deuda externa es muy vasto. Se la podría hacer, pero requeriría una investigación de meses (y sería una gran crónica: ¿cuánto de la actual deuda nos toca pagar a cada ecuatoriano? Al pagar la deuda, ¿qué dejamos de tener o qué estamos sacrificando?

Pero no vamos a hacer el tema de la deuda. Vamos a hacer un tema que lo lleves en el alma y puedas expresarlo en palabras escritas.

Caty: Mira, lo estuve pensando. Después de leer las crónicas, incluso leí un escrito tuyo sobre el día de tu matrimonio con María.

RDB: Ah. ¿Y qué te pareció?

Caty: Me gustó, me llegó. Muy tierno el poder expresar en palabras escritas ese momento. No se me lo hubiera ocurrido. Pero me ayudó a ubicar algo que es más cercano para mí.

RDB: Ya. ¿Qué tema crees que la prensa no toca con la profundidad o persistencia necesaria y debería hacerlo para sensibilizar a la sociedad?

Caty: Escribí esto:

SEPARADA A LOS 45

Esta fecha la tengo muy clara, 21 de abril, y la recuerdo porque tengo la costumbre de llevar mi presupuesto de gastos de la casa, mes a mes, en una agenda color café. Fue en ese día y en ese mes que el nombre de mi ex pareja desapareció de mi libreta. Ese día, muy por la mañana, abrí la puerta de la habitación del que hasta ese momento había sido mi compañero y me encontré con una habitación casi vacía, ya no estaba la cama, en el clóset un poco de ropa vieja, y vacíos los cajones de la cómoda. Unos días antes lo había notado extraño.

RDB: ¿Qué más?

Caty: Es mi historia, pero tengo muchas amigas que están en este momento de sus vidas y la forma en cómo enfrentamos nuestro día a día.

RDB: Es una historia absolutamente croniqueable. Pero tienes que contarme más detalles. Como cuando conversas con una amiga y ella te va preguntando: ¿Y qué más? ¿Y qué más? ¿Y qué más? El final queda trunco. ¿Cómo lo habíamos notado extraño? ¿En qué sentido? ¿Cómo era la habitación? ¿Cómo era antes que él se fuera? Cómo cerraba su cuarto con llaves y eso no la hacía antes. No se entiende bien eso de que “ese mes desapareció de tu libreta”. ¿Lo borraste? ¿Desapareció por casualidad? Faltan muchos detalles, descripciones, sentimientos, gestos… No debes ser abstracta. Cuéntame bien cada detalle y verás que te sale un muy buen texto. A ver, inténtalo este rato.

(Eran tantas preguntas y no sabía cómo responderlas, habían pasado cinco años desde la separación, ya no tenía recuerdos de muchos momentos. No sé si no tenía memoria o simplemente mi mente se negaba a recordar, para mí era más fácil contar las historias de mis amigas. En ese intento de recordar me puse dramática, lo siguiente que escribí era una historia donde yo era la víctima, yo la pobre, yo la sacrificada).

RDB: Recuerda olores, sabores, ruidos, sonidos, gestos, rostros, muebles, descripción de alguna ropa, por qué entraste a la habitación y no estabas durmiendo allí, hacía frío o no, tú habías salido o dormías en otra habitación. Todo eso debe estar en la crónica.

Caty: Encuentro que mi falta de detalles está relacionado con mi oficio de boletinera.

RDB: ¿Te parece si te doy más tiempo para que lo hagas con más cuidado? Me lo envías al correo más tarde y seguimos mañana discutiéndolo. ¿De acuerdo?

Caty: Sí, por favor, me dejas pensando.

RDB: Pero me lo envías hoy. Perfectamente escrito. Que yo diga ¡¡¡waw!!! Y que me conmuevas hasta hacerme llorar o sentirme solo o triste, tal como tú te sentiste.

(De nada sirvió que me diera más tiempo para escribir, borroneé algo más, puse detalles, saqué otros: no le pude poner alma al texto, será porque entendí que en una separación hay dos responsables, no es él, no soy yo. Fuimos los dos).

(Entre tratar de escribir algo de mi vida me fui enterando cosas de la vida de mi instructor. Será ese el encanto de la crónica, que te despoja de recelos, logra cierto grado de intimidad y de confianza, te permite hablar, simplemente soltarse. Y soltarme era lo que quería, el tema que había escogido para la crónica no me llenaba. Así que intenté con otro, las bastoneras, el antes y después de una presentación, tema que no prosperó).

Caty: Ahora que estoy en el colegio, mientras les veía participar a las bastoneras, se me cruzó que se debería escribir sobre ese tema. Qué pasa antes de una presentación.

RDB: Me parece lindo el tema de las bastoneras, desde un eje periodístico que nadie ve. Exacto. Sería lindo contar eso. Me gusta mucho el tema. ¿Tú lo has hecho o tienes alguien cercana que haya sido bastonera?

Caty: No, pero me acuerdo que todas las chicas queríamos ser bastoneras y no lo logramos.

RDB: También es una buena historia contar la historia de alguien que no lo logró.

(Pensé… La crónica de una chica que no logró ser bastonera, un poco cruel, pero era cierto. Se me dibujó una sonrisa solo de pensarlo).

Caty: Hola, leí la sexta crónica. Y pensar que uno tiene escritos tantos chats que cuentan historias y uno ni cuenta se da.

Hola, Yo estoy aquí. Tenemos problemas de conexión.

Por algo será…

RDB: Holaaaaaaaaaaaaa…

RDB: No creo en esas cosas de “por algo será”. Nosotros somos quienes hacemos que las cosas sean o no sean. No. Contigo vamos a seguir hasta mediados de febrero. Pero busquemos otra hora.

Caty: Un trato es un trato, debes cumplir con el tiempo para el que estaba previsto el taller. Hasta donde se avance, me doy cuenta que hacer crónica es un proceso que toma mucho tiempo, mucho interés y muchas lecturas de crónica. Incluso es una lucha con uno mismo.

RDB: Pero contigo no hemos tenido continuidad y estoy ofreciéndote algo que me parece justo para ti. Con dos semanas más de febrero me parece que quedarás muy bien con la capacitación.

Caty: Gracias, pero me parece que es injusto para ti.

RDB: La idea es que terminemos el proceso como con tus otros compañeros. No, no es injusto para nada. A mí me gusta mucho hacerlo y tú no mereces quedar atrás. Además, tu historia quedará muy chévere si la trabajamos bien.

Caty: Gracias, entonces acepto.

(Habíamos llegado a un punto en el que no lográbamos encontrarnos por el chat, el internet jugaba con nosotros. Esa desconexión significó unos tres días de retraso, más los que ya tenía acumulado. Cosa extraña, había encontrado un maestro y un instructor como Rubén Darío, que no le importaba entregar más de su tiempo personal con tal de terminar de capacitarme y convertirme en una cronista).

Caty: Ya leí la última crónica que enviaste, qué delicia. Me deja pensando que todo lo que hacemos es una historia que puede ser contada.

RDB: ¿Por qué es una delicia?

Caty: Porque no quieres dejar de leerla, quieres saber en qué va a terminar. Incluso, de repente te conviertes en un personaje que está dentro de la historia. Caminas junto a ellos, los miras sentados en una banca en el bar.

RDB: Exacto. Es muy importante. ¿Cómo hace el autor para lograr que tú como lectora acompañes a los personajes?

Caty: Para mí es el diálogo, un vocabulario de gente común y corriente. Un gran manejo de la puntuación.

RDB: Ya, eso está muy bien. Pero, ¿qué más? ¿Cómo logras sentirte al lado de Marilyn, por ejemplo? ¿Qué hace el autor para desmitificar a Marilyn y quitarle ese velo de mujer perfecta que las industrias cinematográfica y marquetinera le dieron?

Caty: Te sientes cercana, porque la hace ver como un ser humano normal, que puede estar despeinada, sin maquillaje, que puede hablar palabrotas, que se ruboriza.

(Había terminado de leer la crónica “Una adorable criatura”, de Truman Capote, un relato sobre Marilyn Monroe, no desde la mirada de la mujer fatal sino desde la ternura, la ingenuidad, la mujer normal, la que no tiene dinero para el taxi, la que camina por el muelle, la mujer de cara lavada. Esa lectura me llevó a escudriñar la vida de ese escritor capaz de hacer un relato en el que uno siente que es parte de la narración. De alguna manera entiendes su maestría: había pasado casi toda su vida escribiendo).

RDB: ¿Te parece una estructura narrativa que podrías intentar con tu historia?

Caty: ¿Estilo Truman Capote? Sí, puedo intentarlo.

Tomado de Los Cronistas, periodismo y literatura

Rubén Darío Buitrón: Caso Odebrecht (audio)

Loja.- El periodista, catedrático y editorialista del noticiero Prensa Radial de SRRADIO Rubén Darío Buitrón dijo sino hay otro escándalo nuevo, creo que esta es la peor noticia del año, además no entiendo porque Jorge Glass diga que pone las manos al fuego porque Odebrecht, cuando la misma empresa denuncia que entre el 2007 al 2014, puso más de 33 millones de dólares, en manos de ciertos funcionarios que lamentablemente no dice los nombres.

Estas denuncias la formula el Departamento de Justicia de Estados Unidos, que reveló en un informe este miércoles que el grupo Odebrecht pagó por sobornos unos $ 439 millones de dólares en unos doce países, entre esos Ecuador, donde asegura se pagaron $ 33,5 millones desde 2007 a 2016 para lograr beneficios equivalentes a unos $ 116 millones.

Rubén Darío Buitrón asegura que no hubo la reacción de la ciudadanía, para expresar su inconformidad de exigir quienes son los beneficiarios de estos pagos, pues me atrevo a decir que la gente está atestada de las fiestas de Navidad, pues la gente no piensa en política sino está más centrada de como festejar las fiestas de Navidad.

Opinión de Rubén Darío Buitrón en el noticiero Prensa Radial de SRRADIO

La información la publica el diario Folha de Sao Paulo, que cita el documento de la demanda por la cual Odebrecht ha sido multada por Estados Unidos, Suiza y Brasil por sobornos a funcionarios y políticos de esos tres países.

A cambio de esos sobornos, según el documento oficial, Odebrecht obtuvo al menos unos $ 12 mil millones en beneficios en contratos en unos 100 proyectos en doce países incluido Ecuador, Angola, Argentina, Brasil, Colombia, República Dominicana, Guatemala, México, Mozambioque, Panamá, Perú y Venezuela.

La Fiscalía General del Estado de Ecuador informó, vía redes sociales, que solicitó a Brasil información relacionada con el Caso Odebrecht. Además indicó que en las próximas horas solicitará oficialmente la documentación del caso al Departamento de Justicia de EE.UU.

Contratos en Ecuador

En 2008, en Ecuador la brasileña Odebrecht tuvo cuatro contratos: el Proyecto Multipropósito Baba, la hidroeléctrica Toachi-Pilatón, el sistema Carrizal-Chone y el aeropuerto de Tena.

En mayo de 2013, la brasileña Norberto Odebrecht se acreditó la construcción de un poliducto y obras adicionales para el transporte de combustibles en el sur de Ecuador, informó la empresa estatal Petroecuador.

En septiembre del 2013, Odebrecht se adjudicó los trabajos de construcción del acueducto que llevará agua desde la represa La Esperanza, en el cantón Bolívar, hasta la Refinería del Pacífico, ubicada entre Manta y Montecristi, Manabí.

Obras terminadas

La Constructora Odebrecht consigan en su sitio web que inició sus operaciones en Ecuador en 1987, con la construcción del Trasvase Santa Elena en la provincia de Guayas.

– Ocipse (obras complementarias para península de Santa Elena) para darle acceso a agua potable y alcantarillado sanitario a 16 poblaciones urbanas y rurales de Guayas

– Trasvase Daule-Vinces en el río Daule, de 93 m³/s

– Refinería del Pacífico, con movimientos de tierra y oros trabajos para la futura refinería.

– Trasvase Manabí, desde la presa La Esperanza, para abastecimiento de agua.

– Proyecto Carrizal-Chone para manejo hídrico en Manabí

– Central hidroeéctrica del Proyecto Manduriacu

– Ruta Viva, fase 1 y fase 2, que es una carretera que conecta Quito con el nuevo aeropuerto de Tababela.

– Tres tramos de la vía Interoceánica Norte (Pichincha)

– Central de Pucará, con la construcción de un túnel By-Pass de 900 metros

– Central San Francisco, que aprovecha el caudal de agua proveniente de la Central Hidroeléctrica Agoyán

Obras en ejecución

– Fase I y II de la Línea 1 del Metro de Quito

– Acueducto La Esperanza, proyecto que prevé la construcción de la captación de agua, con sistema de bombeo en la Represa La Esperanza.

– Poliducto Pascuales-Cuenca, que permitirá transportar gasolina y diésel desde el Terminal Pascuales, y gas licuado de petróleo, desde el Terminal El Chorrillo hasta Cuenca.

Pago sistemático

Según las autoridades estadounidenses la red de corrupción funcionó entre el 2001 y el 2016 (en el caso ecuatoriano de 2007 a 2016). Alegando sigilo, la Procuraduría General de Brasil que receptó las delaciones de los funcionarios de Odebrecht nunca había divulgado esas informaciones ni esas cifras.

La subsecretaria adjunta del Departamento de Justicia de Estados Unidos, Sung-hee Suh, expresó que «Odebrecht y Braskem utilizaron una unidad de negocios de Odebrecht, oculta y funcional, que podríamos llamar ‘Departamento de Sobornos’, que pagó sistemáticamente centenas de millones de dólares a funcionarios corruptos en países de tres continentes».

Además, Odebrecht ha utilizado unos 599 millones de dólares en sobornos para servidores públicos y políticos brasileños. (con información de El Universo)

Rubén Darío Buitrón: La Candidatura de Lenin Moreno Garcés a la Presidencia del Ecuador (audio)

Rubén Darío Buitrón:
Editorialista de SR RADIO

Loja.- Al parecer, todo apunta a que Lenin Moreno Garcés sea el candidato de Alianza País, puesto que en Cuenca se hizo una conferencia virtual con Lenin Moreno y luego el ex presidente de la Asamblea Nacional Fernando Cordero Cueva fue categórico en anunciar el apoyo a Lenin Moreno y no la de Jorge Glass.

Escuche la opinión de Rubén Darío Buitrón en el noticiero Prensa Radial de SRRADIO

En dicha conferencia virtual Lenin Moreno Garcés explicó que ha habido cosas en la denominada “la década ganada”, ha habido cosas que se han equivocado, no han estado bien y de llegar a la Presidencia inmediatamente las cambiaría, todo eso me parece positivo, porque es lo que la gente quiere oír y a la gente le disgusta cierta dirigencia de Alianza País; que no admite que se puedan haber equivocado en ciertas cosas, que no hacen una autocrítica, que no hizo una real meritocracia en el escoger a sus mejores hombres y mujeres y que le falta depurar a personas que evidentemente han caído en actos de corrupción, como se ha visto, me refiero a la gente que tiene inversiones off shore y sin embargo siguen en el gobierno.

Si Lenin Moreno viene a representar una línea menos radical y una línea autocritica creo que estamos ante una buena noticias de una buena posibilidad de un candidato.

Rubén Darío Buitrón: “La Unidad Popular en Ecuador” (audio)

Por: Rubén Dario Buitrón
Editorialista

Loja.- Rubén Darío Buitrón editorialista del noticiero Prensa Radial de SRRADIO dijo que la Unidad Popular, me temo que la unidad, como en efecto lo es, sea una fanesca de ideologías y de posiciones políticas, como de intereses personales, donde los acuerdos que van a llegar es repartirse a la Asamblea y convertir a la asamblea en una atomización donde nadie va a tener la mayoría. Cabe recordar que estos últimos 4 años, han sido de absoluta paz entre el Ejecutivo y el Legislativo.

Opinión Directa de Rubén Darío Buitrón en el noticiero Prensa Radial de SRRADIO

Alianza País está incumpliendo el viejo refrán chino, escrito hace tres mil años que dice “nunca subestimes a tu adversario, por más pequeño que parezca”, es terrible que mucha gente de AP, se esté burlando de que la Unidad no existe, que el Prefecto Carrasco del Azuay ya se ha ido con Lasso, no es cierto!, el Prefecto Carrasco estuvo sentado junto al Alcalde Nebot, para mostrar, creo para desafiar a AP, a que descifren que mismo está pasando o quien mismo es el rival.

La Unidad, cada partido va a lanzar sus candidatos a la Asamblea y se juntar cuando ganen la Asamblea, yo creo que lamentablemente así va a ser, porque digo lamentablemente, porque AP está desperdiciando un escenario histórico que pudo haber sido extraordinario para el país, pero que ellos (AP), lo están tomando muy a la ligera, que es una irresponsabilidad política.