Valéncia.- (EFE).- Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universitat de València y del hospital La Fe han desarrollado un medicamento genético que hace efectiva la vacuna contra el cáncer y que en un año podría estar listo para probarse en humanos si se contara con la financiación necesaria.
Así lo ha asegurado a EFE el catedrático de Farmacología de la UV y farmacólogo clínico de La Fe Salvador Aliño, quien encabeza el grupo de investigación que trabaja en el desarrollo de este medicamento, que ha demostrado su eficacia contra el melanoma en animales y que podría aplicarse a cualquier tipo de cáncer.
Hasta el momento se ha logrado que las vacunas sean eficaces de forma preventiva, es decir, si se aplican previamente a la implantación del tumor éste no se desarrolla, pero ese sistema implicaría vacunar a toda la población de todos los tipos de cáncer, algo que para Aliño no es asumible para nadie.
Sin embargo, añade que si se aplican una vez el cáncer está implantado la vacuna no es efectiva, debido a que cuando se desarrolla un tumor el organismo genera «cierto grado de tolerancia» al mismo que las vacunas no son capaces de anular.
Por ello, los investigadores valencianos, entre los que se encuentran, además de Aliño, María José Herrero, Antonio Miguel y Luis Sendra, han trabajado en el desarrollo de un medicamento genético (con células modificadas genéticamente) que permita «silenciar» los genes responsables de esa «tolerancia» al tumor, para después aplicar la vacuna.
Con el sistema desarrollado, publicado en la revista «OncoTargets and Therapy» y que ha demostrado su eficacia en ratones, el organismo recupera la actividad antitumoral y neutraliza las células infectadas, con lo que el cáncer se cura.
Según explica Aliño, el bloqueo de la molécula CTLA4 (una de las responsables de esa tolerancia al tumor) usando anticuerpos dirigidos contra proteínas en la superficie de la célula ha mostrado una respuesta antitumoral eficaz, pero existe otra molécula, la Foxp3, ubicada en el interior de la célula, que también es responsable de esa «tolerancia».
Por esta razón, el objetivo de este equipo investigador era evaluar si combinar la vacunación terapéutica con el silenciamiento de los genes que codifican estas moléculas de ubicación tanto extra como intracelular mejoraba la respuesta antitumoral, algo que han demostrado, de momento, en animales.
Este trabajo, aseguran, ha demostrado que la vacuna de células tumorales, combinada con el silenciamiento de genes Foxp3 o CTLA4, puede aumentar la eficacia de la vacunación antitumoral terapéutica.
El siguiente paso sería lograr los mismos resultados con genes humanos en laboratorio, pero el problema, según relata a EFE Aliño, es que «no hay financiación para desarrollar el medicamento de silenciamiento en genes humanos».
Este farmacólogo calcula que el medicamento podría estar terminado en un año si se tuviera la financiación necesaria, que estima en unos 50.000 euros, correspondientes al trabajo de una persona durante todo un año, pero lamenta las dificultades que tienen los investigadores para lograr fondos.
A partir de ahí, quedaría obtener la autorización de la Agencia del Medicamento para hacer los ensayos clínicos en pacientes y poder poner en el mercado una terapia efectiva contra al cáncer, una de las enfermedades que más muertes causa tanto en hombres como en mujeres, y que se prevé que afecte a una de cada tres mujeres y uno de cada dos hombres.
Salvador Aliño defiende que las vacunas contra el cáncer son «una alternativa muy atractiva» pues su potencial terapéutico es «muy elevado» y tienen un riesgo «muy bajo», y recuerda que en su desarrollo han contribuido muchos investigadores desde antes de 1990.
No obstante, añade, ha sido en la última década cuando se han logrado «éxitos relevantes», primero con las vacunas preventivas utilizando células tumorales modificadas genéticamente, y más recientemente, combinado esta terapia con el silenciamiento de genes implicados en la tolerancia al tumor.