(Por James Masters.-CNN) – Es uno los monumentos prehistóricos más famosos del mundo… pero ¿acaso Stonehenge es la «Ikea de la construcción de monumentos de una sola piedra»?
Esa es la opinión de Mike Parker Pearson, profesor de prehistoria británica tardía en University College de Londres (UCL, por sus siglas en inglés) quien dice que algunos de los famosos bloques de piedra –conocidos como «bluestones» (piedras de arenisca azulada)– pudieron haber sido erigidos por primera vez en Gales y luego trasladados a Inglaterra alrededor de 500 años después.
Arqueólogos de diferentes universidades del Reino Unido han descubierto una serie de piedras en las colinas del norte de Pembrokeshire –aproximadamente a unos 225 kilómetros de Stonehenge–, las cuales son iguales a aquellas del antiguo sitio en Salisbury en el oeste de Inglaterra.
Resulta que las piedras pudieron haber sido desmontadas y puestas de nuevo con la ayuda de un poco de bricolaje… pero esto no era ningún mueble para ensamblar en casa normal.
Descubrimiento ‘fantástico’
«Nosotros no hacemos esa cantidad de descubrimientos fantásticos en la vida de la arqueología, pero este ciertamente es uno de ellos», le dijo el profesor Parker Pearson a CNN.
«Esta es la primera vez que hemos encontrado evidencia empírica de cómo movieron las piedras. Han habido todo tipo de ideas desde rodarlas en una extraña construcción tipo carreta hasta arrastrarlas a través del hielo.
«Tú nómbralo y yo ya lo he escuchado. Pero finalmente tenemos una evidencia real».
Las grandísimas piedras que están de pie en Stonehenge están hechas de sarsen, una arenisca local, mientras que las pequeñas son llamadas «bluestones» (piedras de arenisca azulada).
El descubrimiento de hoyos cortados en el afloramiento cerca de las colinas de Preseli en Pembrokeshire corresponde a las piedras de Stonehenge… pero se estima que son 500 años más antiguos que las del famoso sitio.
Se piensa que las piedras en Craig Rhos-y-felin datan del año 3.400 antes de Cristo, mientras que las de Carn Goedog se remontan al 3200 antes de Cristo, según la evidencia presentada mediante la investigación… pero Parker-Pearson dice que las sarsens más grandes en Stonehenge fueron erigidas hasta el año 2900 antes de Cristo.
Él cree que no es probable que el intervalo de 500 años haya sido causado por el transporte lento sino que, más bien, las piedras fueron utilizadas como un monumento local cerca de la cantera antes de ser transportadas a Wiltshire.
Cómo llegaron las piedras de arenisca azulada al lugar en que se encuentran actualmente ha sido siempre un motivo de contienda, pero las nuevas evidencias parecen aclarar el misterio.
Los hallazgos han sido publicados en un nuevo libro por el Consejo de Arqueología Británica titulado «Stonehenge: Making Sense of a Prehistoric Mystery» (Stonehenge: encontrar el sentido de un misterio prehistórico).
Trineos de madera y estructuras a manera de rieles
«La gran sorpresa fue que ellos no usaron rodillos para mover las piedras… eso es algo como un mito victoriano», dijo Parker Pearson, quien trabajó junto a un gran número de arqueólogos y geólogos.
«Podemos descartar eso porque encontramos rampas de salida que eran demasiado estrechas para los rodillos».
«Pensamos que las pusieron sobre trineos de madera que arrastraron sobre estructuras de madera a manera de rieles».
Según las investigaciones, cada uno de los 80 monolitos pesaba menos de dos toneladas, por lo que pudieron ser arrastrados por grupos de personas o bueyes. Parker Pearson cita los ejemplos de India y otros lugares en Asia donde piedras aisladas fueron cargadas en entramados de madera por grupos de hasta 60 personas.
Stonehenge es uno de los destinos turísticos más populares del Reino Unido y atrae un millón de visitantes al año.
La misteriosa naturaleza de la disposición de las rocas y las leyendas tras ella han llevado a siglos de teorías y leyendas.
Cada año, el antiguo sitio acoge miles de paganos que celebran el solsticio de verano allí.
Nuevas evidencias
«Han habido todo tipo de teorías peculiares sobre la manera en que las piedras fueron movidas, desde el uso de fuerzas de sanación hasta por medio de música», añadió Parker Pearson.
«Creo que estas nuevas evidencias plantean distintas posibilidades en las que las personas no estaban interesadas en las piedras en sí, mas bien en el monumento del que formaban parte».
«Esto cambia el asunto por completo. No suena como si ellos estuviesen diciendo: ‘Necesitamos piedras bonitas’.
«Suena más como algo que fue impuesto de parte de Gales».