Quito.- Un total de 150 productores de frutas no tradicionales de la Costa, Sierra y Amazonía del Ecuador han dado un paso clave hacia la internacionalización de sus productos gracias al apoyo del proyecto NEXT Ecuador, financiado por la Unión Europea y ejecutado por el Centro de Comercio Internacional (ITC).
Estos productores han alcanzado certificaciones nacionales e internacionales de calidad, lo que les abre nuevas oportunidades para ingresar a mercados altamente exigentes como el de la Unión Europea. Este logro representa un avance significativo en la competitividad, sostenibilidad y en la diversificación de la oferta del sector agroexportador no tradicional del país.
“El apoyo del proyecto NEXT Ecuador, que cuenta con un presupuesto de 3,5 millones de euros, facilita que los pequeños y medianos productores ecuatorianos sean un referente del comercio entre Ecuador y la Unión Europea. En esta línea, refuerza nuestro acuerdo comercial y ayuda a que Ecuador sea primer proveedor de productos orgánicos de la Unión Europea”, indicó Jekaterina Doródnova, Embajadora de la Unión Europea en Ecuador.
Gracias al financiamiento de la Unión Europea y el respaldo de NEXT Ecuador, los beneficiarios recibieron durante un año acompañamiento técnico especializado, materiales para la mejora de su infraestructura productiva, equipos para optimizar su trabajo en el campo y el financiamiento total del proceso de certificación.
“Como proyecto nosotros buscamos que los productores se comprometan con todo el proceso. Por ello, a cambio del apoyo recibido que ascendió a más de USD $600 mil, cada uno de ellos puso una contraparte. Por ejemplo, la mano de obra para la construcción de bodegas, servicios sanitarios, vestidores, áreas de postcosecha y de preparación de agroquímicos; o el pago de ciertos análisis de agua o suelo. Creemos que este era un paso fundamental para asegurar su sostenibilidad”, indicó Paola Ramón, coordinadora local de NEXT Ecuador.
Esta contraparte de los productores es un elemento clave de la apropiación por parte de los beneficiarios del apoyo recibido.
Las certificaciones obtenidas incluyen algunas de las más exigentes en temas de sostenibilidad, buenas prácticas agropecuarias y cumplimiento de estándares éticos laborales:
Buenas Prácticas Agrícolas (BPA nacional): 7 productores de mora de Castilla en Guantug Cruz, Bolívar; un productor de frutilla de Pichincha.
Global G.A.P. y Buenas Prácticas Agrícolas (BPA nacional): 103 productores de pitahaya amarilla en Palora, Morona Santiago; 3 productores de pitahaya amarilla en Pedro Vicente Maldonado, Pichincha; 10 productores de aguacate Hass de Pichincha e Imbabura; 5 productores de granadilla de Íntag, Imbabura; y, un productor de pepino de Cotacachi, Imabura.
Global G.A.P. – GRASP Add-On: 2 productores de pitahaya roja en Santo Domingo de los Tsáchilas
Global G.A.P. 10 productores de aguacate Hass del norte del país, Pichincha e Imbabura; y 3 productores de pitahaya amarilla en Pedro Vicente Maldonado, Pichincha.
SMETA y Rainforest Alliance: 1 productor de aguacate Hass en San José de Minas, Pichincha.
Orgánica nacional e internacional: 29 productores de orito, plátano morado y plátano de Caluma, Bolívar, Santo Domingo de los Tsáchilas y El Eno, Sucumbíos.
Una oportunidad para transformar vidas “Para nosotros, alcanzar la certificación orgánica fue un desafío. Ahora podemos ofrecer al mundo un mejor producto, más sano y de calidad. Con esto estamos cuidando nuestros suelos al evitar el uso de químicos, así como la salud de todos los que trabajamos en el campo. Ser orgánicos es un compromiso con nuestra vida y con nuestro futuro y el de nuestros hijos”, señaló Avdón Pazmiño, productor de plátano de Prodexpro, en Sucumbíos.
Casos como el de Palora, en Morona Santiago, también reflejan el alcance del proyecto: antes de esta intervención, solo 15 productores de pitahaya amarilla contaban con certificación Global G.A.P.; hoy, gracias a NEXT Ecuador, a la Unión Europea y al Centro de Comercio Internacional, 103 nuevos productores cuentan con este aval, representando un gran impulso para la economía local basada en este cultivo.
Cabe destacar que se trata de la certificación privada más extendida del mundo sobre buenas prácticas agropecuarias, asegurando la inocuidad alimentaria y la trazabilidad de los productos; el cuidado del medioambiente; medidas para la salud, la seguridad y el bienestar de los trabajadores.
Además, esta certificación es un elemento central en las oportunidades de apertura de mercados internacionales.