Bagdad.- (EFE).- El ejército iraquí recrudeció hoy su ofensiva en la provincia de Saladino, al norte de Bagdad, en un intento de recuperar el control de la ciudad de Tikrit, un día después de que los yihadistas declararan un «califato islámico».
La aviación bombardeó un barrio céntrico de la ciudad de Biyi, lo que causó la muerte a seis civiles, entre ellos dos mujeres, y heridas a otros trece, informaron a Efe fuentes de seguridad.
Estos ataques aéreos destruyeron cinco viviendas y varias tiendas y provocaron un desplazamiento de la población.
Biyi es escenario desde hace semanas de combates entre el ejército y los insurgentes suníes, que se disputan el control de la mayor refinería del país.
También se registraron choques entre soldados e insurgentes en la zona de Al Diyum, al norte de Tikrit, aunque hasta ahora se desconoce el número de víctimas.
Tikrit es la cuna del fallecido dictador Sadam Husein y uno de los bastiones de la insurgencia suní, encabezada por el yihadista Estado Islámico.
Las mismas fuentes revelaron que al menos un soldado, un policía y un extremista murieron, y otros cuatro efectivos de seguridad resultaron heridos en enfrentamientos en la aldea Sharuin, en la provincia oriental de Diyala.
Irak se encuentra inmerso en una grave crisis desatada por el avance de grupos insurgentes, que el pasado día 10 se hicieron con el control de Mosul, la segunda ciudad del país, y desde allí han progresado por otras zonas del norte y el centro.
Ayer, el Estado Islámico declaró la instauración de un califato islámico y proclamó a su líder Ibrahim ibn Awad, más conocido como Abu Bakr al Bagdadi, como «imán y califa para los musulmanes de todo el mundo».
La tierra bajo el control de dicho califato se extiende en la actualidad desde Alepo (en el noroeste de Siria) a Diyala (en el este de Irak), según los extremistas.
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