(Diario LA HORA).- Los escándalos mundiales de la iglesia católica también se viven en Ecuador. Hace dos semanas, durante un operativo policial antidrogas en Imbabura se decomisaron 74 kilos de cocaína y cuatro ecuatorianos y un colombiano resultaron detenidos, entre ellos un sacerdote.
Una semana antes, en Loja, la fiscal Viviana Ordóñez Montaño formuló un dictamen acusatorio en contra de un sacerdote que fue denunciado por el presunto delito de atentado al pudor de un adolescente.
El vicepresidente de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana y Arzobispo de Cuenca, Luis Cabrera, reconoce la existencia de “sombras”, pero pide que tampoco se generalice. Recuerda que estos casos también ocurren en familias, o en instituciones como en la Policía, el Ejército, entidades educativas.
Asegura que la iglesia no interferirá en los procedimientos legales que se desarrollan dentro de la justicia ordinaria y si se llega a identificar la existencia de un delito, la persona involucrada deberá responder por la acusación.
“La posición de la iglesia es transparente en el sentido de que no tratamos de ninguna manera ocultar o ser cómplices”, señala el Arzobispo, pero también solicita a las autoridades y a la opinión pública “transparencia” en el proceso y que se evite “el escándalo por el escándalo y acusar a las personas sin una investigación previa, seria y serena”.
Ofrecimientos
La Conferencia tampoco interferirá si luego de las investigaciones se determina que el “hermano” debe cumplir con una pena de acuerdo con el grado del delito, y, “eventualmente”, resolvería la suspensión del ejercicio de su ministerio.
“Dentro del proceso de investigación también se les pide que dejen de actuar como sacerdote. Primero, por su propia dignidad de persona y también por la comunidad”, explica Cabrera.
El sociólogo Pedro Almeida atribuye estos hechos a la desintegración de valores humanos y del sistema institucional y cree que es el momento de replantear aspiraciones y expectativas de la sociedad y los grupos humanos. (SC)
Escándalo mundial
° El 24 de octubre de 2013, el papa Francisco suspendió al millonario obispo alemán Franz-Peter Tebartz-van, quien realizó renovaciones en su casa que totalizaron 31 millones de euros.
El 15 de enero, el Papa removió a cuatro cardenales que supervisaban el Banco del Vaticano, denominado ‘Instituto para las Obras de Religión’, y que podría ser cerrado.
“La Santa Sede también lamenta profundamente el flagelo del abuso sexual, que afecta a millones de niños en todo el mundo, y lamenta también que, por desgracia, algunos miembros del clero hayan estado involucrados en abusos similares”, dijo en un comunicado.
74 kilos de cocaína fueron decomisados en el operativo donde fue detenido un cura.
