(Redacción ONU).- El gran aumento del 25% con respecto al llamado del año pasado se debe a que hay 65 millones más que en 2022 que necesita ayuda humanitaria de urgencia. Las necesidades están aumentando porque hemos sido golpeados por la guerra en Ucrania, por el COVID y por el clima.
Se necesitan 51.500 millones de dólares, una cifra récord, para ayudar a 230 millones de las personas más vulnerables del mundo en casi 70 países el próximo año, según informó el jueves la ONU.
El tamaño del llamamiento, un 25% más alto que el de este año, refleja el hecho de que el número total de personas necesitadas es 65 millones más que en 2022, señalaron la ONU y las organizaciones asociadas.
Las necesidades son «escandalosamente altas», dijo el máximo responsable de la ayuda de emergencia de la ONU, Martin Griffiths, advirtiendo que era muy probable que las necesidades urgentes de este año continuaran en 2023.
«Las necesidades están aumentando porque hemos sido golpeados por la guerra en Ucrania, por el COVID y por el clima», dijo. «Me temo que 2023 va a ser una aceleración de todas esas tendencias, y por eso decimos (…) que esperamos que 2023 sea un año de solidaridad, igual que 2022 ha sido un año de sufrimiento».
Un llamado que es un salvavidas
En su intervención en Ginebra durante la presentación del informe Panorama Humanitario Mundial 2023, Griffiths describió el llamamiento como un «salvavidas» para las personas que se encuentran al borde del abismo.
Explicó que numerosos países se han visto afectados por sequías e inundaciones letales, desde Pakistán hasta el Cuerno de África. Además, la guerra de Ucrania ha «convertido una parte de Europa en un campo de batalla». Más de 100 millones de personas están ahora desplazadas en todo el mundo. Y todo esto además de la devastación que ha dejado la pandemia entre los más pobres del mundo».
Si las perspectivas humanitarias para 2023 son tan sombrías, es en gran parte porque las demandas de ayuda son ya muy elevadas.
Al menos «222 millones de personas (…) se enfrentarán a una inseguridad alimentaria aguda en 53 países a finales de este año», explicó Griffiths.
En cuanto a la amenaza de hambruna, dijo que cinco países ya están experimentando condiciones parecidas a la hambruna. En esos países muchas personas ya están muriendo, en su mayoría niños, como resultado del desplazamiento, la inseguridad alimentaria, la falta de alimentos y la inanición.
En 2023, 45 millones de personas de 37 países corren el riesgo de morir de hambre, según el Panorama Humanitario Mundial.
Los más vulnerables encaran varios frentes
El informe subraya que las comunidades vulnerables también se enfrentan a la presión en varios frentes, entre ellos el de la salud, ya que los proveedores de servicios médicos siguen luchando por recuperarse tras el COVID-19, mientras el mpox y otras enfermedades transmitidas por vectores continúan haciendo estragos, junto con los brotes de ébola y cólera.
El cambio climático también está aumentando los riesgos y la vulnerabilidad, en consonancia con la preocupación existente de que a finales de siglo el calor extremo podría cobrarse tantas vidas como el cáncer.
Para ayudar a las comunidades que se encuentran en primera línea de la emergencia climática, el responsable de la ayuda de emergencia de la ONU sostuvo que los trabajadores humanitarios deben desempeñar un papel más importante en los debates internacionales sobre el clima, con el fin de garantizar la financiación de la resiliencia para los más necesitados.
«En 2023, la comunidad humanitaria tiene que estar mucho más organizada y, de hecho, debe hacerse oír sobre cómo ser más transparentes con respecto a las promesas climáticas, ser más rápidos en la decisión de desembolsar el dinero y conseguir que llegue a las personas para las que se ha prometido».
Griffiths dijo que espera que sea «muy difícil» conseguir la totalidad de la cantidad solicitada a los donantes, tanto nacionales como privados, cuya generosidad no ha podido seguir el ritmo de las crecientes demandas.
De hecho, el llamamiento humanitario mundial de este año, dirigido por la ONU, sólo está financiado en un 47%, lo que supone un fuerte descenso respecto a años anteriores, en los que los niveles de financiación solían alcanzar entre el 60% y el 65%, explicó.
En cuanto a Ucrania, el funcionario de la ONU explicó que 13,6 millones de personas han recibido asistencia, y que se ha solicitado un total de 5700 millones de dólares para el país y la región en general para el próximo año. «A medida que nos adentramos en el invierno esto no se hace más fácil», dijo.