Los enviados de Guaidó en EE UU empujan para extender el apoyo internacional

(Por. Amanda Mars.- El País).- Buena parte del éxito o fracaso de la oposición en su estrategia por poner fin a la era madurista se está decidiendo lejos de Caracas. Carlos Vecchio, nombrado por Guaidó como embajador, afirmó este miércoles en rueda de prensa que estos días se reunirá con cargos de la Casa Blanca y del Tesoro para asumir el control de los activos del Gobierno, ahora en manos de Maduro, de forma legal y progresiva. Desde que Guaidó fue nombrado presidente interino por la Asamblea Nacional —en manos de la oposición— el 23 de enero, no hay para EE UU otro mandatario legítimo que este joven político. Vecchio consideró que gestos como el del presidente español, Pedro Sánchez, de llamar por teléfono a Guaidó, constituyen también un reconocimiento implícito.

“Por supuesto que la presión internacional está funcionando, es el momento de aumentarla”, defendió. El presidente Trump había afirmado por la mañana en su cuenta de Twitter que, gracias a las sanciones económicas impuestas por Washington al petróleo venezolano, que buscan asfixiar económicamente al régimen, Maduro estaba dispuesto a hablar con la oposición. Vecchio advirtió, no obstante, de que no hay otra negociación posible que la de “abandonar la dictadura” del líder chavista. “Maduro ha manipulado la palabra diálogo en 2014, 1016, 2017… para ganar oxígeno”.

Vecchio se encuentra en la capital de EE UU junto a Gustavo Tarre, nombrado por Guaidó como representante especial de Venezuela ante la Organización de Estados Americanos (OEA), y Julio Borges, encargado para el Grupo de Lima. La delegación lleva dos días alternando las apariciones públicas en conferencias y think tanks para hacer pedagogía sobre la situación del país con las reuniones privadas. En unas y otras, su misión, como definió Vecchio, consiste en “acabar de diseñar” esa presión internacional.

Para Borges, expresidente de la Asamblea Nacional, la caída de Maduro y la celebración de elecciones “significa la caída del Muro de Berlín en Latinoamérica con 30 años de retraso”, en tanto que Venezuela, a su juicio, es hoy “un país colonizado por Cuba”.

Canal humanitario

Guaidó asumió la presidencia interina apoyado en el artículo de la Constitución venezolana que prevé que el cargo lo ocupe el presidente de la Asamblea Nacional si está vacante. La oposición considera que esa es la situación porque Maduro no ha jurado el cargo ante el Parlamento, liderado por la oposición y al que considera en desacato. El líder chavista ha rechazado hasta ahora la presión estadounidense y el ultimátum de Europa para que convoque elecciones, confiado en el papel del Ejército, que de momento ha cerrado filas a su alrededor. Borges cuestionó esa fidelidad y aseguró que se han producido siete intentos de golpes de Estado en el último año y una ristra de militares encarcelados.

“El 99,9% de las Fuerzas Armadas”, dijo, “no están con Maduro”. “Pero ellos también están secuestrados por un aparato de represión, violencia e inteligencia” orquestada desde Cuba, sostuvo. “Allí hay que disparar con rayo láser”, añadió. Borges pidió al Grupo de Lima, formado por países de la región que consideran roto el orden constitucional, un canal humanitario para el país, desangrado económicamente.

Los principales países de la región, excepto México, apoyan a Guaidó. España, Francia, Alemania y Reino Unido dieron el pasado sábado ocho días a Maduro para que convoque comicios “transparentes” o reconocerán formalmente a Guaidó. El secretario general de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro, presente en la rueda de prensa, se pronunció con dureza respeto a la idea de confiar el proceso a Maduro, cuyas elecciones del pasado mayo fueron rechazadas internacionalmente. “Es imperativo el apoyo al proceso constitucional. O se está con la democracia o se está con la dictadura”, afirmó.