Patricio Valdivieso Espinosa
pavevaldivieso@hotmail.com
Tu país, tu provincia y tu ciudad jamás cambiarán mientras nos sigan gobernando los mismos actores; esto no significa simplemente que debemos cambiar de comediantes: NO. Lo que debemos es cambiar: de aptitud para ver las cosas de fondo; y, de actitud para enfrentar las adversidades con responsabilidad, sólo de esta manera con frontalidad podremos marcar la diferencia. Es doloroso hoy en día, digerir el pensar de la gente para entender la dimensión del problema, más aún cuando la sabia popular, al parecer, lo tiene claro, cuando sostiene: «mientras los perros sigan cuidando la paila de fritada, no pasará nada»; es decir, si continuamos con el mismo sistema, seguiremos viendo como destrozan y se reparten los recursos, bienes y cargos públicos.
¿Acaso todo está perdido? nos ha ganado el conformismo, y vamos a terminar convencidos de que no hay gente buena que pueda llegar a gobernar con transparencia. La respuesta más cómoda, no puede ser el silencio, ni encontrar un refugio diciendo, ellos se metieron en ese lío, que busquen la solución solos. Estas respuestas son inaceptables, porque los efectos de la ineptitud, desidia y suspicacia, los terminamos pagando todos, y especialmente se afectan a los más desposeídos, a aquellos que sin poder defenderse, se acogen al silencio, dolidos por ver que quienes pueden lograr un cambio reaccionando, también prefieren guardar silencio.
La lucha por alcanzar cambios profundos no es nada fácil, conforme van siendo desenmascarados los atracos y malversaciones, los capos se sienten vulnerados y sacan sus más viles reacciones: compran insultos a los típicos defensores de la mediocridad, para que ataquen cual bacteria a sus detractores; y, utilizan a su gente cercana, para que denigren a quienes los cuestionan, manipulan a aquellos que por un mendrugo de pan, mueven la cola dejando flotar sus bajos instintos, por adular al jefe para mantener sus puestos y prebendas, o alcanzar ascensos y otros cargos para sus familiares. Este círculo vicioso, es el que termina haciendo daño al sector público, porque más allá de lo que saquean las instituciones, las siguen llenando de ineficiencia y mediocridad.
Si la gente honesta da el brazo a torcer, el estatus-quo delincuencial de la corrupción no dará tregua, por eso, es impostergable: que los ciudadanos reaccionen y se involucren en la toma de decisiones; que sean vigilantes permanentes del manejo de lo público; que fiscalicen a cada paso el actuar de sus autoridades; que no se distraigan con los sainetes diarios; y, que se preocupen de entender los problemas de fondo por los que atravesamos como sociedad. Es el momento para abandonar la comodidad cómplice que nos está llevando a la ruina como familia; ya es hora de salir del confort que nos destruye como sociedad; y, es el tiempo preciso, para entender que el dejar hacer dejar pasar, sólo nos llevará al exterminio como humanidad.