Por: Daniel Garrido
Gerente General de Schneider Electric Ecuador
En un contexto global en el que el 60% de la energía es desperdiciada, es necesario replantear nuestra relación con este recurso. La Hora del Planeta se consolida como un llamado urgente a la acción, para reconsiderar y adoptar prácticas de consumo consciente, así como para explorar alternativas que mejoren la eficiencia en el uso de los recursos.
Sumarse a esta iniciativa, marca un diferencial en la lucha contra el cambio climático y forja un futuro más sostenible. Apagar la luz durante una hora no solo representa un gesto importante, sino que tiene un impacto tangible: se traduce en la conservación de casi 2 hectáreas del bosque amazónico. Pero, ¿Qué otras acciones se pueden tomar para hacer un mejor uso de la energía?
Fomentar un uso responsable de la energía es esencial para abordar los desafíos energéticos. En hogares y lugares de trabajo, apagar luces en áreas desocupadas y desconectar electrodomésticos en reposo puede marcar una gran diferencia.
Por su parte, en estructuras críticas como hospitales y plantas de fabricación, donde la energía debe ser constante, se necesitan soluciones más sofisticadas. Más aún cuando cerca del 80% de las emisiones son causadas por la industria energética.
Aquí es donde entran en juego sistemas y tecnologías innovadoras para cuantificar y optimizar el uso de energía. La implementación de sistemas de gestión energética y la adopción de tecnologías inteligentes, no solo garantizan un consumo controlado, sino que también promueven una eficiencia sostenible y a largo plazo.
La Eficiencia energética en Data Centers
En la era de la transformación digital, los smartphones y la Inteligencia artificial se consolidan como herramientas habituales para el desarrollo de actividades cotidianas de la vida de miles de millones de personas. Cifras de BankmyCell, proyectan que para el año 2024, la cantidad de usuarios de teléfonos inteligentes alcanzará los 4,88 mil millones.
El crecimiento exponencial en el uso de dispositivos móviles y tecnologías avanzadas está impulsando una creciente demanda de infraestructura digital, especialmente de centros de datos, donde se procesan enormes volúmenes de datos. La masificación de estas estructuras plantea desafíos ambientales significativos, en cuanto consumen cerca 200 teravatios hora (TWh). Se proyecta que este indicador se incremente 15 veces más para el año 2030, alcanzando el 8% de la demanda total.
En los centros de datos es mucho lo que se puede hacer para optimizar los recursos y maximizar la eficiencia. Soluciones desarrolladas por organizaciones líderes como Schneider Electric, adquieren un papel protagónico en el desarrollo de sistemas eficientes.
Una empresa ha demostrado un compromiso destacado en la promoción de la eficiencia energética en los centros de datos, con la implementación de herramientas innovadoras y sostenibles. Estas soluciones van desde sistemas de control y refrigeración inteligentes hasta plataformas de monitorización en tiempo real, con la que los usuarios pueden reducir su huella de carbono en sus infraestructuras digitales.
El compromiso con la eficiencia energética en los centros de datos es un claro ejemplo de cómo la tecnología puede ser parte de la solución. Al aprovechar la innovación y la ingeniería se está demostrando que es posible alcanzar un equilibrio entre el progreso y la sostenibilidad. Para esto, es necesario que tanto empresas, reguladores y consumidores, trabajen hacia un objetivo común.
La Hora del Planeta, más que un gesto simbólico, es un llamado a la acción. Un recordatorio de la responsabilidad compartida por preservar un hogar común: La Tierra. Más aún, en momentos en los que el uso de la tecnología está generando un impacto significativo en el planeta.
Hoy, la producción y disposición de dispositivos electrónicos, el aumento en el consumo de recursos naturales y la generación de desechos son solo algunos ejemplos de cómo el desarrollo puede contribuir a la degradación ambiental.
Frente a esto, es necesario abordar estos desafíos mediante la adopción de prácticas más sostenibles en el diseño, producción y uso de tecnología, garantizando así que el progreso tecnológico no se realice a expensas del medio ambiente, sino en armonía con él.
En Ecuador, país favorecido con una riqueza natural incomparable, esta responsabilidad adquiere una importancia aún mayor. Es hora de actuar, no solo por nosotros mismos, sino por las generaciones futuras que heredarán este planeta. ¡Todos podemos ser Agentes de Impacto!