2.931 funcionarios trabajan en el Municipio de Loja, lo que significa el 70% del presupuesto anual del municipio en pago de sueldos, mientras que la ciudad y parroquias requieren la atención urgente de agua potable, alcantarillado, vías asfaltadas, requerimientos que no han sido prioridad para las administraciones municipales, que lo único que han visto es favorecer con los cargos y contratos de servicios a su militancia política, familiar y amigos.
De los 2.931 servidores, la mayoría son familias enteras que están distribuidas en las diferentes direcciones y jefaturas municipales. ¿Ganarían los concursos de méritos y oposición?, de seguro que a ustedes también les genera las dudas de dichos concursos.
Es hora de pedir cuentas a la administración municipal, que justifique cada uno de los nombramientos y contratos, porque no es posible que nosotros los contribuyentes sacrifiquemos nuestro patrimonio económico familiar, para solventar la obesidad burocrática, cuándo la ciudad soporta un subdesarrollo de más de 50 años en relación con las ciudades vecinas como Machala y Cuenca.
Llegó la hora de ponerle la moral al Municipio y es la RESPONSABILIDAD de los candidatos a la alcaldía y concejalías, de decir la VERDAD, porque de no hacerlo serán los responsables del sub desarrollo de la ciudad y cantón. ¿Quién de los candidatos se atreverá a decir esta realidad?, les adelanto, ninguno porque a criterio de ellos les quita votos y no piensa que son 2.931 funcionarios ante los más de los 275 mil habitantes del cantón.
Defendamos nuestros impuestos. Digamos no a más multas municipales porque estos rubros solo sirven para solventar la obesidad burocrática, que tanto daño ha hecho a nuestro cantón, de igual manera es urgente empoderarnos en ser los observadores de los contratos de obras civiles y de compra de materiales de escritorio y otros rubros. Así lograremos ser una ciudad competitiva.